Dylan & Brooke

2 ¤ Brooke

El verano acabó, las vacaciones habían terminado y con ello un nuevo ciclo lectivo escolar se acercaba pronto.

Con severo calor Brooke deja otro plato de comida en la mesa, otra vez fideos con milanesa.

Siempre lo mismo, al menos 1 vez cada semana el menú hogareño constaba de este platillo. No se quejaba, es lo que el sueldo de sus padres podía cubrir.

"Bueno... ¡A comer! Buen provecho" expresó a su familia al dejar el último plato en la mesa.

"¿Qué eso no se dice después de comer?" cuestionó Quinn, la hermana del medio.

"No tengo idea pero buen provecho" confesó Brooke provocando una risa por parte de su hermana y sentándose en su asiento.

Y aún allí, con su platillo menos favorito en la mesa ella estaba esperanzada y feliz. Todavía creía que a pesar de los problemas que presentaba en su hogar su amado Dios le garantizaría un maravilloso último año escolar.

Simplemente lo presentía.

Los 5 integrantes de la familia comían animadamente en la mesa familiar. En el transcurso de la cena discutían algún que otro tema random y hasta reían. Al terminar la cena, Brooke ayudó a su madre a lavar los platos.

Más tarde, ella inmediatamente se dirigió al tocador a darse una refrescante ducha, ponerse la pijama y dirigirse a su habitación.

"Buenas noches" saludó a sus padres en el comedor antes de ir a dormir.

"Buenas noches cariño" contestaron ambos.

Hizo lo mismo en la habitación de sus dos hermanas para luego de una vez por todas dirigirse a la suya.

Al llegar, preparó sus cosas y bruscamente se acostó en su cama con leve frustración. Perfecto. Llegaba su parte favorita del día. Aquella en donde recuestas la cabeza en tu almohada y reflexionas sobre la vida, e incluso inventas una.

Brooke claramente no tenía nada que reflexionar, su vida era tan interesante como la de un caracol.

"Terrible comparación" pensó.

Enseguida entristeció, no podía evitar pensar en todo lo que había vivido estos últimos 17 años. Digamos que al ser una joven con aspiraciones cristianas no ha vivido una "vida adolescente" como el mundo cree que se debe.

¡Oh vamos! En su vida ha pisado siquiera una discoteca. Mucho menos un bar. Jamas ha ido de fiesta, ni probado el alcohol.

Ni hablar del amor, era algo que simplemente ella detestaba. Su único novio (ahora ex) la había abandonado porque simplemente "se aburrió de ella".

"Conocí a alguien, adios" recordó las últimas palabras que le dijo Mark para luego terminar con ella.

"Estúpido" escupió con rabia. Sólo rabia. No tristeza. No dolor. No lloraría de nuevo. Estaba harta de hacerlo.

Pero aún así sabía que este año sería diferente. Tenía que. Intentaría todo para que lo fuera.

Tendría fe.

Así que antes de dormir cerró sus ojos recitando su oración, encomendado su petición a Dios.

"Y es que solo quiero a pedirle una cosa. Sólo una. Señor, necesito un cambio, realmente lo deseo. Algún curso, alguna amiga, una pareja quizás. Usted sabrá que otorgarme. Se lo imploro. Haga de este año, el mejor año de mi vida".

Al terminar su oración, inmediatamente se quedó dormida.

Luego tendría tiempo de pensar.

 



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En el texto hay: novelajuvenil, amor, amistad

Editado: 03.03.2019

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