Eat Me: Cómeme

CAPITULO 14.

—¿Por qué en tu carcacha y no en mi Rolls-Royce?

—¿Le dijiste carcacha a mi bebé?

Después de pasar todo el día en su casa, incluso la noche. El lunes por la mañana decidimos ir juntos al trabajo, cosa que se está complicando ya que quiere que sigamos yendo en su carro cuando claramente yo extraño el mío. Quiero creer que podríamos turnarnos, no es tan malo mi Challenger, es el carro que siempre quise desde que era pequeña y ahora que lo tengo no pienso hacerlo a un lado por un Rolls-Royce.

—Sí, es de hace 3 años— se cruza de brazos mientras me ve fijamente desde el marco de la puerta de mi casa. Vine para cambiarme de ropa y claramente de auto.

—¿Eso qué? No porque tu auto sea de este año significa que sea mejor.

—En eso tienes razón, no es el único motivo, hay muchos más— sonríe divertido mientras entrecierro los ojos y lo veo fijamente con algo de odio.

—Eres odioso— me cruzo de brazos mientras él camina hacia mí, de nuevo con su traje negro, camisa blanca y corbata azul. Toma mi barbilla con dos dedos y levanta mi rostro hacia él. Suspira con pesadez y pone los ojos en blanco.

—Bien, tú ganas, iremos en tu viejo Challenger— sonrío de oreja a oreja, victoriosa. Él simplemente me da un beso dulce en los labios y da media vuelta caminando hacia mi hermoso carro rojo cereza.

Abre la puerta del conductor para mí y mientras da la vuelta al auto para entrar como copiloto me pongo el cinturón y prendo el estéreo. Empiezo a saltar canciones dispuesta a encontrar alguna que me inspire para manejar, no puedo manejar a gusto si no voy escuchando la canción indicada.

—Simone… ¿sabes qué hora es? Creo que es innecesario que busques la canción correcta— escucho su voz divertida y sarcástica, aunque su tono se ha vuelto más dulce hacia mí, sigue molestándome cada vez que puede.

—Necesito encontrar la canción adecuada— sigo presionando el botón de “siguiente” en mi celular, esperando a que llegue la inspiración —¿Qué clase de música te gusta?

—Soy más de música clásica— su respuesta no me sorprende, es del tipo de hombres que les gusta lo fino y rebuscado. En ese momento empieza a sonar “Come and get your love” de “Redbone”.

—Pues ese es un clásico— empiezo a balancearme en mi asiento mientras salgo en reversa, con cuidado de no golpear su Rolls-Royce una segunda vez.

—No esa clase de “música clásica”.

—Ohhhh ¡Vamos! ¡Es muy buena! —En cuanto me incorporo a la avenida empiezo a cantar en voz alta, no puedo evitarlo me siento feliz. —“…And you’re mine, and you look so divine! Come and get your love!” — Veo como Aiden voltea a verme sutilmente, parece que le da pena ajena verme cantar de esa forma, sonríe de lado mientras apoya su cabeza en su mano y la mueve de un lado a otro de forma negativa. —Vamos Aiden, es un clásico, es una canción muy buena, puedes sentir que el cielo se despeja que un arcoíris te muestra el camino.

—No porque sea una canción de amor significa que es bonita y que cambiará algo en nuestro entorno— suspiro sintiendo que su antipatía empieza a intoxicar mi felicidad —pero debo de admitir que tienes una muy bonita voz, incluso pareciera que has tomado clases de canto— su comentario me toma por sorpresa y la chispa que traía se apaga.

—Sí, de niña— de repente me siento algo incómoda por tener que recordar de nuevo mi estancia con mi abuela. En el siguiente semáforo presiono el botón para cambiar la canción y como si mi celular entendiera mi cambio de humor empiezan a sonar la voz del inconfundible Mick Jagger interpretando una de mis canciones favoritas de los Rolling Stone: “Paint it, Black”

—Interesante cambio, me agradan más los Rolling.

—Bueno, otra cosa en común— lo volteo a ver de reojo mientras llegamos al estacionamiento, mi mano se mantiene en la palanca de velocidades y él pone la suya encima como intentando reconfortarme.

Bajamos del auto y tomamos el elevador, antes de poner un pie fuera de su casa quedamos en un acuerdo, ambos creemos que no es tan buena idea que el mundo se entere de que estamos juntos, aun no, tiene que ser algo gradual, principalmente por que no quisiera que mezclaran nuestras decisiones laborales con nuestra situación sentimental, Aiden argumento que pensaba igual, aunque siento que hay algo aún más profundo que no me quiere decir. Guarda un pasado al igual que yo, supongo que sabe que aún no es momento para sincerarnos a ese nivel.  

En cuanto ponemos un pie fuera del elevador veo a Jason del otro lado buscando llegar al salón donde doy las clases, supongo que es por lo que me dijo durante la cena, visitar a la amiga de Catherine para recaudar más información. Aiden también lo ve, noto que se molesta y prefiere adelantarse y llegar a la morgue antes de que el detective nos vea y se acerque a nosotros. Me guiña un ojo y una sonrisa coqueta me hace sonrojar mientras toma su camino.

—¡Simone! ¿Estás lista? — Escucho la voz de Jason mientras se acerca a mí, una camisa blanca y una gabardina caqui le dan ese aire de detective de televisión.

—Eso creo, ¿a dónde vamos? — Le pregunto mientras camino lentamente hacia él. Noto que una mujer de tez morena, con un cabello quebrado y esponjoso color castaño claro se acerca, sus labios están pintados de rojo y resalta con su color de piel, tiene unos ojos color avellana y sonríe emocionada a Jason.




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