Los últimos días de clase pasaron rápido, la graduación llegó y la fiesta también. Todo se puso un poco loco cuando algunos alumnos pusieron más alcohol del necesario en las bebidas y los profesores terminaron más ebrios que los alumnos. Fue muy divertido ver al remilgado profe de álgebra perrear hasta el suelo mientras gritaba que su madre no lo controlaba.
Conseguí un trabajo en el verano en un despacho contable, aprendí muchas cosas que estoy segura me servirán en mi carrera, además que conocí personas increíbles, esto de socializar se me hace cada vez más fácil. No es que sea la típica chica tímida que no puede formular más de dos oraciones sin tartamudear o quedarse pasmada, no, más bien soy la chica que teme perder el control frente a los demás y que todo termine de forma trágica como hace dos años.
Bajo del avión y voy a por mis maletas, he adelantado mi viaje para tener el tiempo de adaptarme a la vida universitaria, conocer a mis compañeros, la nueva ciudad, quizá hacer amigos.
Me gusta ver a las personas, intentar descifrar su historia con lo poco que se puede percibir de ellos. Por ejemplo, ese hombre de traje negro con cara de estresado, camina de forma rápida y hace gestos de desesperación, podría jurar que es algún empresario y va a una reunión a la cual llega tarde. O esa mujer, de blusa blanca, se ve que trae sueño y viene muy cansada, no la culpo yo vengo igual. El llavero con la foto de dos pequeños que cuelga de su bolso me hace saber que tiene dos hijos, es divorciada o viuda por qué no lleva sortija, o quizá engaña a su marido y por eso se la quita.
En fin, tomó un taxi rumbo a mi esperado destino. Comienzo a desesperarme cuando veo que han pasado más de 40 minutos y la ciudad comienza a perderse, los árboles se hacen abundantes indicándome que el bosque comienza a aparecer.
— Disculpe, ¿está seguro que estamos llendo en la dirección correcta?— pregunto con temor de que este hombre me vaya a secuestrar o violar y tirarme en el bosque después de matarme con algún arma que trae escondida en la parte trasera del taxi, creerán que soy una paranoica, pero en estos tiempos ya no se está segura en ninguna parte y eso es tan lamentable.
—Por supuesto señorita, la dirección que me dió está un poco retirada de la ciudad — me responde en tono amable.
Al parecer nota mi preocupación y comienza a contarme cosas de su familia para aminorar la tensión, descubro que tiene una hija un año menor que yo, aunque está enferma y él tiene que trabajar dobles turnos para poder costear sus medicinas. Su esposa trabaja como secretaria para un imbécil que la explota, pero tiene que soportar con tal de llevar comida a la casa.
Le cuento un poco de mi y para cuando me doy cuenta estamos frente a una gran balla de piedra de aproximadamente 10 metros, un gran portón color negro se impone frente a nosotros con un escudo color dorado que tienen dos espadas cruzadas y un lobo dentro de este con la inscripción del nombre de la universidad bajo el.
Espero no arrepentirme de esto, lo pensé mucho y la verdad es que yo ya había tomado una decisión sobre a dónde iría pero tenía que ser fiel a mis sentimientos, a lo que se sentía mejor por eso es que decidí venir a Wolf International University. Es mi lugar, aquí hay más gente como yo y con solo cruzar el portón ya me siento como en casa.
El tipo me baja frente a un hermoso edificio de cristal, veo mi reflejo en él y una sonrisa tímida sale de mi rostro acompañada de unas risitas.
Este lugar es espectacular, veo a mi alrededor y lo que más me llama la atención es aquel edificio en forma de ¿Huevo? Creo que sí, al parecer es una biblioteca, bueno, al menos eso dice en la inscripción de la entrada.
Recojo mis maletas y voy directo a la recepción, hablo con una mujer que me indica donde me estaré hospedando, algunas reglas sociales de convivencia, lugares comunes, cafetería y me entrega una tarjeta con la que podré comprar lo que quiera, además me entrega mi horario y uno extra con actividades que al parecer todos los alumnos deben hacer y hace otros procedimientos que son necesarios.
Finalmente estoy frente a mi habitación, por lo que me explico aquella mujer es un departamento compartido, es el más pequeño pero tiene todas las comodidades. Cuenta con dos habitaciones con baño integrado, una sala y cocina.
Introduzco el código de acceso que me dió la mujer y me llevo una gran sorpresa al ver que el lugar es demasiado elegante, las paredes son de un color azul oscuro con detalles en dorado, hay una enorme sala con tres sofás una televisión enorme y una mesa baja, hay dos puertas las que imagino serán las habitaciones y un pasillo al que deduzco llevará a la cocina.
Me adentro por completo en el lugar y comienzo a apreciar todo con más detalle, esto se ve costoso, muy costoso para ser sincera.
Voy hacia las puertas y veo que cada una tiene un pequeño letrero. En la de la izquierda está mi nombre con letras negras y cursivas, hasta eso se ve elegante. La otra habitación aún no tiene dueña, solo espero llevarme bien con mi compañera.
La habitación no se queda atrás, es grande y confortable. Hay dos escalones para bajar hacía el espacio de la cama, a mi mano derecha hay un pasillo que imagino lleva al baño, la cama está al frente es grande, de seguro ahí cabriamos 5 yoes sin dificultad. Al lado derecho de la cama hay un escritorio de color café, tiene una lámpara en forma de árbol y de el cuelgan pequeñas piedritas que imagino son los focos. Al lado izquierdo hay un pequeño buró con una lámpara igual a la de la mesa, más allá hay un estante lleno de libros.
Hay un semicírculo en el suelo con dos escalones más que llevan a una pequeña sala, dos sofás y un puf junto a una mesa ratona de cristal.
Todo es realmente lindo, las paredes son de un color rosado muy agradable con algunos espacios en color gris.