Al día siguiente, estaba con Andrés, discutiendo planes para mejorar las condiciones de la manada.
—Sabes tengo una idea que podría beneficiar mucho a la manada —Le dije y este sonrió.
—Si la idea es tuya ha de ser muy descabellada —Dijo Andrés en forma de broma.
—Un poco a decir verdad, mira la manada ha tenido muy buen progreso y a pesar de que hemos logrado los objetivos que se propusieron hasta ahora, todo esto es deprimente —Andrés me miro confundido —Quiero lograr la reapertura de la empresa Goodwell —Dije sin rodeos y Andrés me miro sorprendió.
—Es una de nuestras metas a largo plazo, pero lograr una reapertura en estos momentos conllevará millones Shia, millones que la manada no puede cubrir en estos momentos —Me dijo seriamente.
—Lo se y esta es la mejor parte —Dije y Andrés parecía esperar a que dijera algún disparate —Las empresas Jensen financiarán todo el proceso de reapertura, luego que la empresa este en marcha cubriremos esa deuda con Jensen —Le dije y Andrés frunció el ceño.
—¿Dante está al tanto de lo que pretendes hacer? —Me pregunto.
-Obviamente y estuvo de acuerdo en apoyarnos —Dije emocionada y Andrés rio —Estas hablando con la nieta preferida del señor Jensen y claramente sacaría algún provecho -Le dije.
—Te aprovechas del cariño que te tiene ese hombre —Sonreí a lo dicho —Me gusta que te tomes en serio el bienestar de la manada, pero… ¿Estás consiente que comenzar una reapertura incluirá miles de reportes sobre eso que darán a conocer tu estadía aquí? —me pregunto.
—Si, estoy consciente de eso, pero es lo que menos me importaría —Le dije y sonrió.
— Bien entonces comunicaremos la noticia está noche en la cena —Asentí con la cabeza.
Continuamos conversando mientras caminamos por los pasillos de la mansión Andrés me platicaba con alegría lo bien que estaban yendo las cosas en su vida y su entusiasmo era contagioso, y por un momento olvidé la pesadez que sentía.
Sin embargo, mientras hablaba, un dolor punzante atravesó mi pecho. Era como si mi cuerpo estuviera siendo desgarrado desde dentro. Lo ignore y continúe caminando como si nada pasara.
Llegamos a las escaleras y ambos íbamos en descenso, cuando la voz de Andrés se comenzó a escuchar lejana, como si estuviera al otro lado de un muro invisible. Mi visión comenzó a oscurecerse, y todo mi cuerpo se debilitó. Me sostuve del pasamanos para evitar caer al suelo.
Ciro, quien subía las escaleras se acercó rápido a mi al observarme en aquel estado, haciendo que Andrés se diera cuenta de la situación
—Luna, ¿esta bien? —Me pregunto, no alcance a responder porque mi cuerpo perdió el equilibrio y la oscuridad se apodero de mi.
No llegué a tocar el suelo. Sentí unos brazos que me sostenían antes del impacto. Era Ciro. En ese momento el mundo se había desvaneció por completo para mí…
Desperté en mi habitación. Mi cuerpo estaba débil, pero mi mente estaba alerta. Karen estaba sentada cerca, su rostro marcado por la preocupación. Quise preguntarle qué había pasado, pero antes de que pudiera decir algo, se levantó rápidamente y salió de la habitación, murmurando que traería a Andrés.
Me sentía cansada, demasiado para mi gusto. Intente levantarme pero un mareo repentino me hizo volver a la cama.
Karen volvió esta vez acompañada de Andrés, Ciro y James. Todos se veían algo preocupados, lo que comenzaba pensar que algo malo estaba pasando.
—¿Qué sucedió? —Pregunte.
—Tu salud ha estado empeorando desde que te desmayaste —Respondió Karen —Tu cuerpo está luchando contra algo, pero no sabemos exactamente qué. Solo sabemos que te estás debilitando y estamos en busca de respuestas —Me dijo.
—Tienes que descansar todo lo posible hasta que logren saber que ocurre contigo —Hablo Ciro. Asentí.
Observé a Andrés que sin decir nada salió de la habitación, Todos fueron tras el dejándome nuevamente sola. Me disponía a levantar nuevamente me senté en la orilla de mi cama cuando sentí que dos personas se acercaban a mi, levante mi vista y me encontré con esos dos hombre que no sabía si eran nuestros ángeles de la guarda o nuestros informantes de malas noticias.
—Se han tardado demasiado en aparecer —Dije al momento que ambos frenaron sus pasos. Sus rostros eran serios, y eso solo aumentó mi inquietud. —¿Qué esta pasando? —Les pregunté.
—Estas muriendo —Respondió Boris.
—¡Que!... ¿En el sentido figurado imaginado? —Pregunte desconcertada.
—Tu poder se esta debilitando por el choque entre tus orígenes, en estos momentos solo tienes tres opciones y una de ellas es la muerte —Explico Baltasar.
—¿De que están hablando? No entiendo nada —les dije.
—Tus orígenes pelean por tener el control de mi, tienes que elegir con cuál origen prefieres quedarte, si rechazas tu parte diosa seguirás siendo una sobrenatural pero perderás parte de tu poder, y si eliges aceptarla el poder de un Dios será tuyo pero ya no serás un ser de está tierra —Aclaro Boris.
—Pero debes tener en cuenta que el poder de Diosa de la oscuridad será completamente tuyo y si no logras dominarlo te consumirá poco a poco hasta que haga de ti un ser detestable y vil —Mire a Baltasar, culmino no muy convencido.
—Si aceptas ser la diosa de la oscuridad y dejas que el poder te consuma serás capas de acabar con todo de un solo chasquido —Hablo Boris.
—¿Y si no elijo? —pregunte.
—Morirás, te debilitarse tanto que tú cuerpo no podrá resistirlo —Respondió Baltasar
—¿Y si aceptó ambas partes de mi?
—Imposible, eso no es una opción —Replico Baltasar.
—Sera demasiado peligroso, podrias morir en el intento de dominar la función de ambos orígenes, el poder de una Diosa junto al de una criatura de la noche no es un poder que alguien puede soportar, pero también es una opción —Dijo Boris y Baltasar lo fulminó con la mirada.
—No es una opción que deba darse —Le dijo Baltasar a Boris.
—Para mi sigue siendo una opción aunque sea la más arriesgada de todas -Hablo el. —Es tu decisión ¿Que quieres hacer? -Me pregunto Boris.