Las cosas no eran como todos pensaban, yo no era como todos creían, o quizás si, la verdad es que toda esta situación estaba acabando con mi tranquilidad.
Enterarme que ella pensaba rechazarme hizo que cayera en cuenta de todo lo que me puedo perder si decido dejarla ir. Pero a esta altura del juego no creo que sea conveniente para ambos, yo estaba acostumbrado a vivir de una manera liberal y la idea de comprometerme y dejar todo lo que soy y lo que me caracteriza por algo que posiblemente no sea tan extraordinario como dicen me aterraba.
—¿En que tanto piensas? —la voz de Valeria me hizo salir de mis pensamientos, había olvidado por completo que ella estaba allí conmigo.
—En nada —Suspire de cansancio, Valeria estaba recostada en mi pecho. Había pasado la noche conmigo.
Aparte a Valeria de mi lado y me dirige al baño para alistarme. La verdad de todo era que no podía sacar de mi cabeza aquel beso, a ella en especial. Shia lentamente se estaba volviendo una parte necesaria en mi vida y aunque intente que eso pasara al alejarme de ella, verla nuevamente en aquel club solo me hizo pensar en que por más que intentará sacarla de mi vida sería totalmente imposible. Mi padre ya me lo había advertido y no hice caso.
La única manera de aliviar estás ganas de perseguirla solo cesaban un poco cuando está en otro continente, muy lejos de mi. Pero ahora estaba aquí, en el mismo lugar que yo, con la aparentemente con intención de una larga visita.
Al terminar de alistarme procedió a tomar mi celular y mis cosas para irme a la empresa. Valeria por otro lado seguía en mi cama, con solo una de mis camisas cubriendo su desnudes.
—¿Volverás temprano? —me saco de mis pensamientos y por un momento solo me quede paralizado sin saber que decir o hacer.
—No, después de salir de la empresa hare otras cosas. Lo mejor es que te arregles y vayas a tu casa —las palabras salieron sin ningún remordimiento de mi parte, y la expresión de Valeria cambio por completo.
—¿Otras cosas?, que es más importante que pasar tiempo con tu prometida —Se levanto de la cama y se acerco a mi notoriamente molesta.
—Valeria, te pediré el favor que dejes de referirte a ti misma como mi prometida. Sabes que no estamos comprometidos…
—Porque tu no has querido. De tanto tiempo que llevo diciéndolo apenas es que comienza a molestarte ¿Es porque ella está aquí? —decía cosas sin sentido, o al menos era lo que yo quería creer que eran, pero la verdad era que si. Me molestaba el hecho que divulgará aquello en su presencia incitándola a seguir formalizando con aquel pulgoso.
—Deja la ridiculez Valeria, sabes que no me gustan estos comportamientos —le dije pero está insistía en desafiarme con su semblante autoritario parada a un lado de mi.
—Explícame de una vez por todas que es lo que soy para ti. He estado contigo desde que terminaste tu relación con Zafira. Han sido años en que he aguantado todos tus comportamientos, aguante hasta que tú compromiso con Nicole terminará y a cada una de las mujeres con las que te has acostado, y siempre volvías a mi, incluso después de que la conocieras volviste a mi.
»Pero desde que ella está acá me has estado evitando, y solo quieres verme cuando quieres alguna clase de consuelo. No te entiendo Dorian, ¿Qué está pasando?, ¿Te has visto con ella, es eso?...
—Valeria —Pronuncie su nombre e inmediatamente guardo silencio, algo que Shia nunca haría y esa era una de las diferencias entre ellas y las demás chicas que han entrado a mi vida—. Escúchame no quiero que vuelvas a hablar de ella. Tampoco quiero más reclamo ni berrinches —sin más salí de la habitación, dejándola ahí.
Camine por los pasillos y baje las escaleras, en el camino me tope con Rosa, nuestra nana y ama de llaves, quien me sonrío con esa calidez de una madre.
—¿Qué tal has dormido? —Me pregunto al momento que me abrazo para saludarme.
—Podría decirse que bien —Le dije y esta ladeo un poco la cabeza, inmediatamente supo que mis pensamientos están a punto de volverme loco—. Nana, necesito pedirte un favor. Valeria está en mi habitación así que necesito que hagas que se retiré. La verdad es que volveré muy tarde y no quiero encontrármela cuando vuelta —Rosa suspiro de cansancio ante mi petición. La verdad es que ella era quien solían encargarse de despachar sin que mi padre lo notará a todas las mujeres que solían pasar la noche conmigo.
—Un día este comportamiento tuyo te meterá en serios problemas —Me dijo, mientras asentía a mi petición.
***
—¿Crees que sea prudente incluir fuegos artificiales? —Karen se encontraba realizando la lista de los espectáculos que creía que eran necesarios para la feria que tendría la manada.
La manada había estado oculta y aislada por mucho tiempo, así que creí que seria buena idea realizar algunas actividades en el pueblo para que todos puedan disfrutar con tranquilidad ahora que son nuevamente libres.
—Aun falta mucha para esa feria, pero no, no es para nada prudente, recuerda que la manada esta haciendo su mejor esfuerzo para levantarse. Debemos mantener un perfil bajo, aun tenemos muchos enemigos —le recordé.
Karen lo reflexiono por un momento y luego tacho los fuegos artificiales de su lista, al momento que pretendía preguntarme otra cosa la pantalla de mi teléfono se encendió y este comenzó a sonar. Lo mire fijamente al ver que era un número desconocido.
—Deberías contestar, podría ser importante —Dude por un momento, pero acepte la llamada.
—Bueno —dije al contestar.
—“Creo que no fui lo suficientemente clara contigo” —Mi mano se dirijo a un lado de mi rostro por frustración al reconocer de quién se trataba—. “No te quiero cerca de Dorian”
—Te aclaro que no he tenido ningún contacto con tu prometido y tampoco pretende tenerlo, pero ¿Quisiera saber que razón tienes para considerarme una amenaza para tu relación con el? —Hable indiferente, Karen inmediatamente supo lo que sucedió y se mantuvo atenta a mi.