Eclosion

Eclosion

Decidí alejarme del mundo, como un ave que vuela, irme muy lejos donde nadie me conozca, acompañada por la fragancia del viento y la brisa que me acompaña constantemente. Es algo normal yo lo creo, todos debemos apartarnos en algún momento del lugar de donde nacemos, siempre soñamos con una vida de aventuras, vertiginosa y algo peligrosa tal vez, pero pocos somos los que nos animamos a despegar. Me marche sin nada, tal cual como nací, nada material me ata al lugar que me vio nacer y crecer más que los recuerdos, ellos también son cosas… intangibles se desvanecen con el tiempo, solo se, que si un recuerdo permanece en mi memoria con el tiempo, es uno que vale la pena recordar, será un recuerdo que por más que intente olvidarlo quedara gravado en mi mente con fuego y me acompañara hasta el día de mi muerte.

No tengo familia, más que otros que llegan a acompañarme día a día, o los que me rodean en esta nueva etapa de mi vida. Una etapa que quiero disfrutar con muchas ganas y valentía. Así pude conocer más seres como yo, que buscan un nuevo rumbo, escuche por ahí que nos llaman “los que se dejan llevar por el viento”, opino que es un nombre acertado, eso hacemos, deseamos ver donde iremos a parar, después de todo estamos en el mundo para eso, ¿verdad?... no pertenecemos a un lugar estático, vacío, sin vida, que nos mata poco a poco nuestras ganas de ser aquello en lo que queríamos convertirnos hace muchos años, y al enfrentarnos a la dura realidad, nos percatamos que no podemos hacerlo, las condiciones no se dan.

Siempre fui soñadora, pero las heladas, los vientos fríos, las lluvias interminables, el sol abrazador como el infierno mismo, y seres mal intencionados con ganas de hacerme daño han matado esos sueños poco a poco. Antes de marcharme ya no veía esperanzas, estaba decaída, me abrazaba a la simple idea de la muerte, coqueteaba con el sueño eterno, no me imagino un mundo sin mi presencia, pero tampoco soy indispensable para este mismo, sé que no lo soy. Esa idea me impulso a tomar la decisión de despegarme de mi lugar, la tierra que me vio nacer, el agua de vida que me hizo crecer, y explorar nuevos lugares. Estoy ansiosa por conocer el desierto, tal vez la playa, posiblemente pase por algún lago en el que repose algún momento hasta que la situación lo amerite y me marche nuevamente explorando nuevas tierras.  Es peligroso, lo sé, el miedo me invade, siento la brisa a mi alrededor y un frio recorre todo mi cuerpo, no volveré jamás al lugar del que partí, y eso no me molesta…

Escuche por ahí poco antes de tomar vuelo, que esta pequeña e inocente travesía podría costarme la vida… que tal vez el mundo así como lo imagino no es en realidad, susurraban que es peligroso, un mundo muy caótico, lleno de tristeza, desesperación y malas intenciones. Pero yo soy parte de este mundo, mi tierra lo es también, y yo no era feliz allí, quería marcharme, tal vez ese mundo caótico no es tan malo. Posiblemente no lo es, hay una gran posibilidad que yo encuentre mi lugar dentro de ese caos. Yo soy caos, soy destrucción y discordia. Pero también soy amor, amistad y compañerismo. Puedo ser una o varias cosas a la vez, porque soy cambiante, todos lo somos. El mundo en el que vivimos también lo es, así de bello se conforma, y es perfecto.

El viento que me lleva es un viento de verano, agradable, con un toque de frescura, la fragancia a margarita está presente constantemente. Es raro ver la lluvia, estos días escasea, a veces la extraño, que toque mi cuerpo con su frescura, pero cuando llueva el viento se detendrá y podremos descansar un momento, junto con todos los que me acompañan también, somos de distintos tamaños, colores y formas, pero nos queremos y acompañamos. Algunos que vienen en el viaje están decaídos, dicen que la muerte se acerca, le temen a algo tan natural como eso, viajan en contra de su voluntad, la circunstancia los llevo a eso y ahora solo deben aceptarlo con un rostro de disconformidad. Estoy feliz de no ser como ellos, yo decidí marcharme, tomar el rumbo de mi vida y permitirme conocer nuevos horizontes.

Cuando los días van pasando comienzo a sentirme más seca, decaída, algo en mi cuerpo no está bien, puedo observar que muchos alrededor mío se sienten igual. El viento que nos llevaba de ser caluroso y agradable se formó en frio y gris. Apenas puedo moverme, el miedo invade mi cuerpo, ¿es así como se siente la muerte?, el paisaje se tiño de blanco, cae hielo del cielo, es hermoso, algunas partículas caen sobre mí, son muy frías, algunas son pesadas y hacen que flaquee, pero no quiero detenerme.  Puedo notar que soy una de las pocas que quedan en el viaje, el viento se está deteniendo, ya no es tan fuerte como antes, las partículas de hielo lo contrarrestan y comienzan a hacer que yo caiga al suelo. Es un colchón blanco brillante, cuando caí sobre el al principio sentí el frio que quemaba, pero luego de unos segundos se volvió agradable. Puedo sentir un calor que recorre todo mi cuerpo, sigo sin poder moverme, pero estoy feliz, mis hojas ya no son verdes como antes, puedo notar que comienzan a marchitarse con más velocidad, mi tallo ya no es tan fuerte y resistente como antes. Y no puedo observarme entera, pero posiblemente mis hojas rosas ya no lo son, es posible que se hayan tornado de un color más apagado. Y está bien.

Soy una flor que se marchito viajando, haciendo lo que deseaba. Conocí los ríos, la tierra árida y la roja también, compañeros nuevos que se sumaron a mi viaje, y eso me hace feliz. Me marchite haciendo lo que deseaba, y no me arrepiento de eso, poder haberme desprendido de mi tierra con ayuda del viento me impulso a cumplir mis sueños, y no me importa que mi fin sea sobre un colchón blanco lejos de mi tierra natal. Soy una flor que pudo cumplir sus sueños.




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