Lina no ha dormido bien. Las sombras en su apartamento parecen moverse con vida propia, y cada ruido de la ciudad afuera se convierte en una sinfonía de ansiedad que mantiene sus ojos abiertos hasta el amanecer. Cuando finalmente el sol empieza a iluminar la habitación, se siente más agotada que antes de acostarse. El sueño que tuvo estuvo lleno de imágenes confusas y fragmentadas: criaturas que se convierten en personas, personas que se desvanecen en la oscuridad.
Se levanta de la cama, sintiendo cada músculo adolorido. La luz del sol se filtra a través de las cortinas, proyectando un resplandor cálido en la habitación, pero no proporciona el consuelo que había esperado. El día promete ser tan difícil como la noche que pasó.
Decide preparar el desayuno, aunque el acto habitual parece no tener el mismo confort que solía ofrecer. Mientras hierve agua para el té, el sonido de su dispositivo neurológico la interrumpe. Es una notificación de los resultados del examen médico que se realizó el día anterior. Lina se detiene un momento, el corazón acelerado. ¿Qué dirán los resultados?
Con las manos temblorosas, abre el mensaje. La pantalla muestra un informe detallado, lleno de términos técnicos y gráficos que le resultan incomprensibles. Sin embargo, hay un párrafo destacado que llama su atención:
"Los resultados muestran variaciones en la actividad cerebral que podrían estar asociadas con experiencias alucinatórias. Recomendamos una evaluación psicológica adicional para determinar la causa subyacente de estos síntomas."
Lina se queda paralizada, la lectura del informe solo sirve para aumentar su inquietud. ¿Experiencias alucinatórias? Ella sabe que ha tenido visiones, pero la idea de que puedan ser tan severas como para justificar una evaluación psicológica la aterrorizan. ¿Qué pasa si lo que ve no es solo una distorsión temporal, sino una señal de algo mucho más grave?
Se sumerge en sus pensamientos mientras termina su desayuno en silencio. Las imágenes de la noche anterior, la visión de la criatura en el monitor, persisten en su mente, como un eco que se niega a desvanecerse. ¿Qué pasa si el examen médico ha revelado algo que no quiere enfrentar?
Decide que debe hacer algo para distraerse, para no perder la cabeza. Se viste rápidamente y sale de su apartamento, decidiendo dar un paseo por la ciudad. A veces, el simple cambio de escenario puede proporcionar una nueva perspectiva.
Mientras camina por las calles, la ciudad parece diferente, casi surrealista. Los edificios altos y los escaparates de las tiendas parpadean con colores que se sienten más vivos que de costumbre, como si cada superficie estuviera vibrando con energía propia. ¿O es solo su mente la que está distorsionando la realidad?
Lina se dirige hacia el parque local, un pequeño oasis verde en medio de la jungla de concreto. Espera que el entorno natural le proporcione algo de paz. Se sienta en un banco bajo un gran roble, intentando relajarse y dejar que el aire fresco le despeje la mente. Pero incluso aquí, la sensación de vigilancia la sigue. Cada rostro que pasa parece mirarla con una intensidad desconcertante.
De repente, un movimiento en la esquina de su visión la hace voltear. Ve a un grupo de personas sin hogar, reunidos cerca de un cobertizo, hablando en voz baja. Lina no puede evitar observarlos, sintiendo una mezcla de curiosidad y inquietud. Su mente empieza a crear historias sobre ellos, sobre por qué están allí y qué les ha llevado a esa situación. ¿Serán ellos la causa de sus visiones?
Uno de los hombres del grupo, un hombre de edad avanzada con una larga barba gris y una apariencia desaliñada, levanta la cabeza y la mira directamente. Sus ojos son profundos y oscuros, y Lina siente un escalofrío recorrer su espalda. ¿Es él el que la está observando? No puede evitar sentir que su presencia está conectada de alguna manera con sus alucinaciones. ¿Podría ser que el hombre de la noche anterior, la criatura en la pantalla, y este hombre estén todos conectados?
De repente, el hombre se levanta y empieza a caminar hacia ella. Lina siente una mezcla de ansiedad y curiosidad. ¿Por qué se acerca? El hombre se acerca con pasos lentos pero decididos, y Lina se pone en alerta. Cuando finalmente está frente a ella, la observa con preocupación.
"¿Estás bien, señorita?" Su voz es áspera, pero cargada de una preocupación genuina. "Te ves pálida. ¿Necesitas ayuda?"
Lina se siente desconcertada. ¿Por qué le preocupa su bienestar? Aunque la situación es extraña, no puede evitar sentirse aliviada por la atención. "No... no estoy bien," admite, su voz temblando. "He tenido una noche difícil."
El hombre asiente, como si entendiera más de lo que dice. "Las cosas no siempre son lo que parecen," dice, mirando a su alrededor con una expresión de desconfianza. "A veces, lo que ves es solo una parte de lo que está realmente sucediendo. Ten cuidado."
Lina lo observa mientras se aleja, sintiendo un torbellino de emociones. Las palabras del hombre resuenan en su mente, mezclándose con sus propias dudas e inquietudes. ¿Qué quiso decir con eso? ¿Está relacionado con lo que está experimentando?
Se sienta en silencio en el banco, el eco de la conversación con el hombre resonando en su mente. La sensación de paranoia y confusión vuelve con fuerza, y Lina se pregunta si alguna de sus experiencias tiene algún tipo de significado oculto.
Finalmente, se levanta y decide regresar a su apartamento. El paseo de regreso es un laberinto de pensamientos y emociones conflictivas. ¿Qué significa todo esto? ¿Cómo puede encontrar respuestas cuando cada giro en su vida parece solo aumentar la confusión?
Al llegar a su apartamento, la sensación de claustrofobia y ansiedad persiste. Se dirige al escritorio y toma el mechón de pelo que encontró antes. Lo había olvidado por completo. El recuerdo de su hallazgo la golpea con una nueva oleada de inquietud. ¿Qué significado tiene?