Capítulo 7: El Reflejo Distorsionado

Lina regresa a su apartamento después de la primera sesión con el Dr. Ramírez, el peso del libro de simbología parece aún más abrumador. Las palabras del Dr. Ramírez sobre cómo los símbolos pueden reflejar aspectos ocultos de su mente la atormentan. A medida que avanza la noche, las sombras en su apartamento empiezan a parecer más ominosas, y las visiones que ha estado experimentando se intensifican.

La tranquilidad del parque, su lugar habitual de refugio, ahora se convierte en un laberinto de terror. Al salir a caminar para despejarse, Lina siente que las sombras de los árboles se alargan y deforman. Cada rincón del parque parece ocultar secretos oscuros, y el sonido de sus pasos resuena de manera inquietante.

De repente, ve al hombre del parque. Está de pie bajo un farol parpadeante, su figura envuelta en una aura siniestra. Sus ojos parecen seguirla mientras avanza, y el pánico comienza a apoderarse de ella. Lina siente que la realidad se está desmoronando, que cada sombra y cada sonido están llenos de intenciones ocultas.

Intenta alejarse rápidamente, pero las sombras del parque parecen moverse con vida propia, distorsionando su percepción. Siente que el parque se convierte en una prisión de oscuridad, con el hombre del parque persiguiéndola en sus visiones. Su corazón late con fuerza mientras busca la salida, cada rincón del parque se siente como una amenaza inminente.

Finalmente llega a casa, pero el miedo y la ansiedad no la abandonan. Se encierra en su apartamento, intentando calmarse, pero las visiones continúan atormentándola. Las sombras de sus propias paredes parecen distorsionarse, y cada pequeño ruido se amplifica en su mente.

Desesperada, decide revisar el libro de simbología. Las interpretaciones y los símbolos parecen burlarse de ella, añadiendo más confusión a su ya agitada mente. Mientras hojea las páginas, el teléfono suena, rompiendo el silencio opresivo.

Al responder, una voz familiar pero inquietante se escucha al otro lado de la línea. Es el Dr. Ramírez, llamando inesperadamente para "ver cómo está". Lina, aunque desconcertada, acepta la llamada, esperando que pueda ofrecer alguna claridad.

"Hola, Lina. Solo quería comprobar cómo te sientes después de nuestra sesión," dice el Dr. Ramírez con su tono tranquilizador pero frío. "¿Cómo has estado manejando las visiones y el libro?"

Lina intenta explicar sus sentimientos y visiones, pero su voz tiembla. "Es como si todo estuviera distorsionado. No puedo escapar de estas sombras. Me siento atrapada en una pesadilla."

"Lo entiendo," responde el Dr. Ramírez con una calma calculada. "Es normal sentirse así al principio. Estás enfrentando tus miedos más profundos. Es parte del proceso. Sigue explorando el libro y anotando cualquier detalle que te parezca significativo."

A medida que termina la llamada, Lina siente un ligero alivio, pero también una creciente inquietud. Las palabras del Dr. Ramírez parecen tranquilizadoras, pero también deja una sensación de manipulación. La visión del hombre del parque y las sombras distorsionadas la persiguen, y la realidad y la ilusión parecen fusionarse en una mezcla inquietante.

Esa noche, Lina se acurruca en su cama, tratando de encontrar descanso. Las alucinaciones y el miedo continúan atormentándola, y el sentido de desesperación se profundiza. La llamada del Dr. Ramírez, en lugar de proporcionar consuelo, deja a Lina con la sensación de estar más atrapada en su propio mundo de confusión y ansiedad.