Ecos de lo que callé

PAUSA

Carta IV — Pausa

Ya no tengo 17.
De hecho, hace cinco años que dejé de tener esa edad.
Aún recuerdo esa noche en la que decidí que tenía que escribir mi historia.
Que, al menos por una vez, las personas debían saber lo que sentía y cómo era mi vida.
Pero la verdad es que ni siquiera por escrito me daba el valor para decir cómo me iba:
si quería llorar o reír,
si quería bailar o dormir,
o si solo quería vivir… o morir.
Siempre he hablado de propósitos y metas, de luchas y miedos, de luz y oscuridad…
pero nunca de mí.
De mis luchas.
De mis miedos.
De mis metas.
Y eso es porque, en realidad,
ni siquiera sé cuál es el propósito de estar aquí.
Cuando tenía 17 quería saberlo.
Quería entender con qué fin estaba en este mundo.
Y se me ha pasado la vida y aún no lo sé.
¿Qué es esto que me pasa?
Porque aunque todos se mueven a su propio ritmo,
yo siento que estoy en pausa.
Solo quería crecer para encontrar la respuesta.
Pero ahora, solo quiero retroceder y disfrutar de la vida
que poco a poco se me fue
esperando una respuesta que aún no llega.

-En dos meses cumplo 23 y parece que fue ayer que todo se pauso dentro de mi




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