Ecos De Luz Y Sombras El Camino Al Destino

Capítulo 16

El precio del miedo

El aire del reino oscuro estaba cargado de tensión cuando Demyan apareció en la plaza. Su sombra se cernía como una tempestad viviente, y sus ojos ardían de una furia fría al ver la marca del golpe en el rostro de Aria. Frente a él, el hombre que la había herido intentó arrodillarse, balbuceando explicaciones, pero nunca tuvo oportunidad.

Con un solo gesto de su mano, la oscuridad lo envolvió. No hubo juicio, ni defensa, ni compasión. La sombra del rey lo atravesó como fuego negro, y en un grito ahogado, su cuerpo cayó inerte al suelo.

Nadie toca lo que es mío —tronó la voz de Demyan, tan cortante como acero—. Nadie en este reino tiene derecho a golpear, ni siquiera a levantar la mano. Si alguien osa hacerlo, si mis hombres lo descubren… su destino será peor que la muerte.

La multitud se estremeció. Nadie osó mirar al rey a los ojos.

Aria, en cambio, no pudo apartar la vista. Su corazón palpitaba con fuerza, no por admiración, sino por miedo. Se quedó atónita, incapaz de moverse, con la imagen de aquel hombre reducido a cenizas en su mente.

Leona, que había permanecido a su lado, se inclinó hacia ella y susurró con voz grave:

—El rey siempre ha sido así. En el reino de la luz y en este, su crueldad es ley. Nadie lo desafía y vive para contarlo.

Esas palabras se clavaron en el pecho de Aria como dagas. Crueldad. Nadie lo desafía. Ella sintió un escalofrío recorrerle la piel.

El vínculo lo gritó en silencio. Demyan lo sintió todo: el temblor en sus manos, el latido desbocado de su corazón, el miedo ahogándola hasta quebrarla. Y esa sensación lo encendió aún más que la ofensa misma.

Con brusquedad, sin pedirle permiso, la tomó en brazos.

—Basta —murmuró con un filo de cólera en la voz—. No soportaré tu miedo aquí, delante de todos.

Nadie se atrevió a detenerlos. Con pasos firmes, Demyan se alejó de la plaza, llevándola consigo a un rincón oculto del reino, un lugar donde la oscuridad se volvía mágica: un bosque sombrío donde los árboles parecían de cristal negro y sus raíces brillaban con luces carmesí que palpitaban como corazones enterrados.

Allí, el rey la colocó frente a él, sujetándola del mentón.

—Esa marca —dijo en un tono bajo, observando el golpe en su rostro— es la misma que yo siento en mi piel. Cada herida tuya me hiere a mí. Y aún así… ¿me temes?

Aria lo miró, con los ojos húmedos, quebrada por dentro. Por primera vez, no se contuvo.

—Sí… —su voz salió como un susurro tembloroso—. Te temo, Demyan. Me aterra todo esto. No sé quién soy en realidad… no sé qué significa mi existencia. Cada día siento que me hundo más en un encierro del que no puedo escapar. Me siento prisionera, como si el aire mismo fuera cadenas.

El rey frunció el ceño, y ella siguió hablando, con la voz quebrándose más con cada palabra.

—Entiendo el vínculo… sé que soy tu debilidad. Pero yo también merezco vivir. Merecía ser libre. Y lo que más miedo me da… es a mí misma. Porque siento tanto aquí —se llevó la mano al pecho— que me arde. Y ese fuego eres tú.

Demyan endureció la mirada, pero la voz de Aria se volvió un lamento ahogado:

—Tengo miedo de que un día… cuando ya no te sea útil, o cuando este vínculo se rompa… me deseches. Que me arrojes como si no hubiera significado nada.

Un silencio sepulcral se impuso. La respiración de ambos era lo único que sonaba entre los árboles de cristal.

Aria, con lágrimas corriendo por sus mejillas, murmuró su mayor temor, casi sin aliento:

—Porque yo… siento tanto por ti, Demyan, que me da miedo. Miedo de que desaparezcas. Miedo de que lo que siento me consuma. Miedo de que yo no signifique nada para ti.

Sus palabras quedaron suspendidas, flotando en el aire envenenado del bosque.

El rey, por primera vez, no respondió con furia ni con poder. El vínculo ardió en su interior, obligándolo a sentir el vértigo del miedo y la vulnerabilidad de Aria como si fueran suyos.

Oscuridad y fragilidad se encontraron en aquel rincón, sellando un momento que ni el tiempo ni el poder podrían borrar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.