Ecos De Luz Y Sombras el ultimo resplandor

Capítulo 11

El amanecer de la batalla silenciosa

Demyan caminaba al lado de Saimon entre las ruinas iluminadas por destellos dorados. El silencio era engañoso, como si el reino angelical ocultara respirando bajo la superficie. Cada paso que daban resonaba con ecos antiguos, recuerdos que no pertenecían a ninguno de los dos.

—Antes de traerla aquí, necesito asegurarme de que no haya trampas —dijo Demyan, su voz grave y contenida, mientras su mirada se deslizaba por cada edificio caído, cada grieta en el suelo.

Saimon asintió, con la seriedad del guardián que siempre había sido.

—Revisaremos todo el perímetro. Si algo acecha, lo sabremos antes que ella lo pise.

El aire estaba cargado de una energía densa. Runas antiguas se encendían débilmente en las piedras derrumbadas, como recordatorios de un poder dormido. Demyan posó una mano sobre una de ellas y sintió un zumbido eléctrico que le recorrió el brazo hasta el pecho. Algo en ese reino lo reconocía… o reconocía a Aria.

Horas después, al regresar al campamento, encontraron a la diosa de la guerra de pie, como un estandarte vivo. Su armadura resplandecía con reflejos rojos y negros, mientras sus ojos seguían cada movimiento de los soldados.

—Ya era hora —murmuró ella, girándose hacia su hermano—. Necesitamos organización inmediata.

Los soldados del reino de la luz y del reino oscuro trabajaban juntos, aunque sus miradas cargaban desconfianza. Las tiendas mágicas estaban alineadas en formación perfecta, sostenidas por pilares de luz y sombras entrelazadas. En el centro, un gran mapa flotaba sobre un pedestal, mostrando las rutas hacia el corazón del reino angelical.

Demyan dio un paso al frente, su voz cortando el murmullo del campamento.

—Al amanecer nos moveremos al centro del reino. Quiero a los mejores hombres en la primera línea. Nadie baja la guardia, ni un segundo.

La diosa de la guerra levantó su mano y un círculo mágico apareció, enviando su voz directamente hacia los cuarteles del reino oscuro.

—Convocaré a nuestros guerreros más letales. Esta no será solo una misión de exploración, será la primera prueba de sangre.

Los soldados asintieron, la tensión vibrando en el aire como un hilo a punto de romperse.

Mientras las órdenes se daban y las estrategias se tejían entre luz y oscuridad, en la lejanía, un poder distinto se agitaba.

Hope, envuelto en un manto oscuro que devoraba la claridad del lugar, detuvo su andar. Sus labios se curvaron en una sonrisa cruel.

—Así que… ella también está aquí. —susurró, sintiendo la presencia de la diosa de la guerra como un filo que lo llamaba a enfrentarse.

El eco de su voz retumbó en la nada, como si el reino mismo respondiera a su llamado.

—El verdadero juego apenas comienza.

Y en las profundidades del reino angelical, algo antiguo despertaba con él.



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En el texto hay: fantacia, magia, magia y amor

Editado: 24.09.2025

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