Ecos De Luz Y Sombras el ultimo resplandor

Capítulo 15

El eco del centro celestial

El silencio era sepulcral. El aire mismo del centro de la ciudad angelical parecía dormido bajo siglos de ruinas y polvo. Los pasos de Aria resonaban como un eco perdido, y aunque cada piedra estaba quebrada, cada arco caído y cada estatua mutilada por el tiempo y la guerra, había algo en esas tierras que se aferraba a su sangre.

Ella no entendía por qué su corazón latía con tanta fuerza, como si todo aquel lugar la llamara por su verdadero nombre. Cada grieta de las murallas parecía susurrarle un recuerdo que nunca vivió, un hogar que jamás conoció, pero que sin embargo la esperaba.

Demyan no se apartaba de su lado ni un segundo. Sus dedos rozaban suavemente la espalda de Aria mientras caminaban, en un gesto silencioso de protección y certeza. Su mirada vigilante recorría cada rincón, atento al más mínimo movimiento.

Los soldados marchaban alrededor, sus armas listas, con una tensión palpable. Simon iba un paso más atrás, en constante diálogo con la Diosa de la Guerra, quien observaba cada símbolo roto con el ceño fruncido, como si tratara de unir piezas de un rompecabezas demasiado antiguo.

De pronto, un destello captó la atención de Aria. En un muro parcialmente derrumbado, había inscripciones ocultas bajo capas de polvo y escombros. Se acercó lentamente, y al posar su mano, un calor vibrante se extendió por su piel. La piedra reaccionó, iluminándose con un resplandor suave y dorado.

—Es tu sangre… —susurró la Diosa de la Guerra con una mezcla de asombro y temor—. Estas runas han esperado por ti.

Los ojos de Aria se abrieron sorprendidos. Ante ella, comenzaron a desplegarse símbolos antiguos, mensajes ocultos que narraban una historia perdida: la caída del reino, la sombra que lo consumió y… un arma forjada para traer el fin o la salvación.

Simon inclinó la cabeza, analizando las líneas.

—Esto habla de una espada… un filo sellado con sangre angelical. Pero también… —su voz tembló— también menciona un sacrificio inevitable.

El corazón de Aria se apretó. Una visión fugaz golpeó su mente: el recuerdo de su sueño, su cuerpo atado, la espada extrayendo su poder…

Ella cerró los ojos con fuerza, intentando ocultar el temblor que recorría sus manos. Demyan lo notó de inmediato y la tomó de la muñeca, apretándola con firmeza.

—Aria, mírame —ordenó con esa voz grave que atravesaba cualquier barrera.

Ella levantó la vista y se encontró con su mirada: intensa, llena de amor y de rabia contra todo lo que quisiera lastimarla.

—No importa lo que estas piedras digan. No importa lo que estas tierras reclamen. Yo no dejaré que te arrebaten de mí.

El silencio se volvió denso. El juramento de Demyan no era una promesa vacía, era una sentencia.

Mientras tanto, la Diosa de la Guerra se arrodillaba frente a los símbolos recién revelados, sus ojos ardiendo con una mezcla de odio y miedo.

—Hope lo sabía… —murmuró—. Por eso vino aquí. Este centro es la llave.

De pronto, el suelo tembló bajo sus pies, y las ruinas parecieron responder al llamado de Aria, como si su mera presencia despertara el corazón dormido del reino angelical. Las estatuas resquebrajadas comenzaron a erguirse lentamente, recomponiéndose con un resplandor de luz dorada. Las columnas se alzaron majestuosas, y las calles olvidadas recuperaron un brillo casi divino.

Los soldados retrocedieron atónitos, incapaces de creer lo que veían. Incluso Simon abrió la boca sin palabras.

Aria, en el centro de aquel milagro, miraba a su alrededor con los labios entreabiertos, desbordada por la belleza y el miedo.

—Esto… esto es lo que vi… —susurró con un hilo de voz.

Demyan frunció el ceño y se inclinó hacia ella.

—¿Qué viste, Aria?

Ella bajó la mirada, tragándose la verdad. No podía decirle aún. No podía lastimarlo con la visión de su propia muerte.

—Solo… magia. Solo eso —respondió, forzando una sonrisa.

Pero en su interior, sabía que estaba caminando directamente hacia el escenario de su visión, y que cada paso la acercaba más a la verdad que no quería aceptar.



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En el texto hay: fantacia, magia, magia y amor

Editado: 24.09.2025

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