Yo siento que él no me anhela,
busca solo lo que le favorece de mí.
Pero, ¿qué es eso bueno que en mí vislumbra?
¿Acaso mis ratos de paz anhelará? Años sin encontrarlos.
¿O mi cabello rizado, que hace tiempo corté sin verlo crecer?
¿Quizás mi risa y buen humor? Dudoso, sonrío como por inercia, sin sentirlo en verdad.
¿O tal vez busca el orden en mi vida? Un desorden sin fin que no veo cesar.
¿Podría ansiar los orgasmos que doy? Sin ganas de existir, apenas deseo sentir.
Entonces, ¿qué pretende él de mí?
¿Mis manos entre las suyas?,
¿Mis piernas entrelazadas con las suyas?,
¿Ser un nudo de existencia unidos?,
¿Recorrer juntos la pradera que el ocaso veraniego baña?
Pero, si él ya dijo que no quiere caminar conmigo.
Rechaza mis lágrimas, mi pesar, mis sentimientos,
mi melancolía y mi tristeza, lo único que puedo le puedo yo brindar.
No le agrada mi cabello ni los pliegues de mi vientre al sentarme.
Mi risa y mi humor no son de su agrado,
y mucho menos quiere cargar con mi pesadez,
que siempre me acompaña cuando salgo de mi mente.