Hoy me queda claro que mi amor no es entrañable para quien sea que lo recibe.
Vaya, él no siente lo que yo siento cada que lo veo.
Él no tiene la necesidad de decirme un «te amo» si no ruego por el, él no tiene la intención de ser amable o siquiera ser gentil conmigo cuando conoce bien mi estado mental.
Quiero decir, si no hablo yo, si no comienzo yo, ¿qué ha de ser de nosotros cuando yo decida dejar de tomar la iniciativa?, ¿qué será de lo nuestro si no estoy yo?
No pasará nada, como de costumbre lo es siempre. Será el mismo infierno de a diario. Al fin yo estoy aquí, entregando mi cuerpo y alma a alguien qué pasa de ello.
Nada de esto me resulta nuevo o extraño, al contrario, todo esto me parecería raro si cámbiese su natural e inherente persona.
Si no soy yo, ¿quién ha de ser que un sentimiento positivo por fin en él despierta?
¿Quién ha de ser que sus suspiros roba?, ¿quién ha de ser en quien él tanto piensa y por qué no puedo ser yo?
Aunque, si me dieran a elegir a mí alguien como yo, yo tampoco elegiría amarme, o siquiera respetarme o aceptarme, así que no me quejo de que él pase de mí.
No es injusto, pero al menos tiene un gusto exigente.
Él no es injusto, pero la única forma en la que podría sentir algo legítimo por mí sería si yo terminase con todo esto, v no me refiero a la relación.
¿He de acabar con mi vida solo para que de una vez por todas el sienta algo de preocupación por mí, incluso sea por unos míseros instantes?