Golpéame.
Hazlo hasta hacerme sangrar.
Golpéame hasta que mis costillas rompas,
hasta que mi corazón deje de sentir.
Por ti aceptaría morir a mil y una puñaladas.
Por ti, desearía morir desangrado, torturado.
Vamos, abrázame.
Abrázame hasta romperme,
hazlo hasta quebrarme, hasta que me pulverices.
que no quede una sola partícula mía viva.
Muerde mi iel hasta que de ella emane mi vitalidad
y obligame a beberla para así demostrar mi amor hacía ti.