Rhett
Cada vez que pensaba en ella, una mezcla de emoción y ansiedad se apoderaba de mí. Había algo especial entre nosotros, pero abrirme a esos sentimientos parecía una tarea monumental.
-¿Sigues pensándolo?- preguntó Tomás, interrumpiendo mis pensamientos. Lo miré, sintiendo que mi rostro se sonrojaba. -No sé si estoy listo para decírselo,- admití, sintiendo cómo los nervios comenzaban a apoderarse de mí. La idea de ser vulnerable me asustaba, pero al mismo tiempo, sabía que tenía que hacerlo.
Tomás se cruzó de brazos y me miró con una sonrisa traviesa. -Entonces, ¿qué plan tienes? Porque no puedes quedarte sentado aquí todo el día.- Su tono era juguetón, pero había un trasfondo de seriedad en su mirada.
Tomás se cruzó de brazos y me miró con una sonrisa traviesa. -Entonces, ¿qué plan tienes? Porque no puedes quedarte sentado aquí todo el día.- Su tono era juguetón, pero había un trasfondo de seriedad en su mirada.
Tomás se cruzó de brazos y me miró con una sonrisa traviesa. -Entonces, ¿qué plan tienes? Porque no puedes quedarte sentado aquí todo el día.- Su tono era juguetón, pero había un trasfondo de seriedad en su mirada. Después de pensarlo un momento, se me ocurrió una idea. -Podríamos salir a pasear por el pueblo. Elisa y tú podrían unirse a nosotros,- propuse, sintiendo que eso podría ayudarme a relajarme un poco antes de dar el salto. -Podríamos ir al museo.-
-¡Eso suena genial!- exclamó Tomás, pero luego su expresión cambió a una mueca burlona. -¿Así que planeas llevar a Isis al museo para hablarle de tus sentimientos? ¿Eres todo un Romeo ahora?- Su risa resonó en el taller, y no pude evitar sentirme un poco avergonzado.
-Cállate,- le respondí con una sonrisa forzada, aunque no podía evitar que la idea me hiciera sentir un poco más seguro. La idea de tener a Elisa y Tomás cerca me daría un respiro mientras trataba de encontrar el valor para hablar con Isis.
La tarde llegó rápidamente y nos encontramos en la plaza del pueblo. Cuando vi a Isis acercarse, mi corazón dio un vuelco. Ella parecía radiante bajo la luz del sol, y su sonrisa iluminó todo a su alrededor. -¡Hola!- saludó con entusiasmo, y eso hizo que mis nervios aumentaran.
lisa y Tomás nos saludaron también, y pronto nos dirigimos hacia el museo. Mientras caminábamos por las calles del pueblo, la conversación fluía con facilidad entre nosotros. Sin embargo, mi mente estaba ocupada en cómo encontrar el momento adecuado para hablar con Isis.
Al llegar al museo, la atmósfera tranquila me dio un respiro momentáneo. Mientras explorábamos las exhibiciones, cada vez que nuestras miradas se cruzaban, sentía mariposas en el estómago. Quería decirle lo que sentía; quería que supiera cuánto significaba para mí.
Finalmente, encontramos una sala tranquila llena de arte contemporáneo. Tomás y Elisa se alejaron para mirar otra exhibición, dejándonos solos por un momento. Mi corazón latía con fuerza mientras miraba a Isis admirar una pintura.
-Isis,- comencé, sintiendo que las palabras se atascaban en mi garganta. Ella se volvió hacia mí, sus ojos curiosos y llenos de vida. -Quería… quería hablar contigo sobre algo.-
Ella sonrió alentadoramente, lo que me dio un poco más de valor. Pero justo cuando estaba a punto de expresar lo que sentía, Tomás apareció repentinamente detrás de nosotros con una broma lista en los labios. -¿Qué tal va la declaración? ¡No te pongas nervioso ahora!- dijo riendo.
La interrupción hizo que mis nervios regresaran con fuerza, y aunque intenté reprimir una sonrisa ante la broma de Tomás, sentí cómo la oportunidad se desvanecía nuevamente.
A pesar del pequeño tropiezo, sabía que eventualmente tendría que encontrar el momento adecuado para abrirme a Isis sobre mis sentimientos. La conexión entre nosotros era demasiado fuerte como para ignorarla; solo necesitaba reunir el valor para dar ese paso crucial.
Mientras continuábamos explorando el museo juntos, no podía dejar de pensar en lo especial que era Isis y cómo cada momento compartido me acercaba más a ella. La noche del festival aún resonaba en mi mente; sabía que tenía que encontrar una manera de hacerle saber lo que realmente sentía antes de que fuera demasiado tarde.
Espero que hayan disfrutado del momento en que Rhett intenta expresar sus sentimientos a Isis en el museo. La forma en que se siente nervioso pero determinado es algo que muchos de nosotros podemos relacionar.
¿Qué les parece la idea de que el miedo y los nervios son parte natural del proceso de expresar nuestros sentimientos? A veces, sentirse nervioso no significa que no estemos preparados, sino que estamos dispuestos a arriesgarnos por algo que realmente importa.
Recuerden que el amor es un viaje de crecimiento y vulnerabilidad. Está bien sentir miedo, pero también es importante recordar que el valor de expresar nuestros sentimientos puede llevar a conexiones más profundas y significativas.
¡Gracias por leer y espero sus comentarios!