Capítulo: Un momento a solas

Rhett

Después de nuestra conversación, sentí que había un cambio en el aire. La tensión que había estado acumulándose entre nosotros se disipaba lentamente, y el calor de su mano en la mía era un recordatorio de que estábamos juntos en esto. Sin embargo, sabía que necesitábamos un momento a solas, lejos de las miradas curiosas y los comentarios burlones de Tomás.

-¿Te gustaría dar un paseo por la orilla del lago?- le sugerí a Isis, sintiendo que necesitábamos un espacio donde pudiéramos ser solo nosotros dos. Ella asintió con una sonrisa, y juntos comenzamos a caminar hacia el agua.

A medida que nos alejábamos del grupo, el sonido de las risas se desvaneció, dejando solo el suave murmullo del viento y el suave chapoteo del agua. La luz del atardecer iluminaba su rostro, creando un halo dorado a su alrededor. Era un momento perfecto, y mi corazón latía con fuerza al tenerla tan cerca.

-Rhett,- dijo ella, rompiendo el silencio mientras caminábamos. -Me alegra que hayamos hablado. No quiero que nada se interponga entre nosotros.-

-Yo tampoco,- respondí, sintiendo cómo la ansiedad se desvanecía con cada palabra. -Lo que siento por ti es real, y no quiero perderlo por mis inseguridades.-

Isis me miró con esos ojos que parecían leer mi alma. -Eres importante para mí,- dijo suavemente. -No dejes que los celos te controlen. Confía en lo que tenemos.-

Su voz era como un bálsamo para mis miedos. Al llegar a un pequeño muelle, nos detuvimos y nos apoyamos en la barandilla, mirando cómo el sol se sumergía en el horizonte. El cielo se llenó de colores vibrantes: naranjas, rosas y morados que reflejaban la belleza de este momento compartido.

-Es hermoso aquí,- murmuré, aunque sabía que la verdadera belleza era estar con ella.

-Sí- respondió ella, girándose hacia mí. -Pero no tanto como tú.- Sus palabras me sorprendieron y me hicieron sonreír.

Sin pensarlo dos veces, me incliné hacia ella y la besé suavemente. Fue un beso tierno al principio, pero pronto se convirtió en algo más profundo. Sentí cómo su cuerpo se acercaba al mío, como si quisiéramos fundirnos en uno solo. El mundo exterior desapareció; solo existíamos nosotros dos.

Cuando finalmente nos separamos, ambos respiramos profundamente, sonriendo como si acabáramos de descubrir algo maravilloso. -Eso fue… increíble,- dije, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza.

-Sí,- respondió Isis, sus mejillas sonrojadas mientras reía suavemente. -Definitivamente fue mejor que lanzar piedras al agua.-

Nos quedamos allí unos momentos más, disfrutando de la tranquilidad del lago y de la compañía del otro. Era como si todos los problemas del mundo se desvanecieran cuando estábamos juntos.

De repente, escuchamos las risas de Tomás y Elisa acercándose desde la distancia. Sabíamos que no podíamos quedarnos solos para siempre, pero este momento había sido justo lo que necesitábamos para fortalecer nuestra conexión.

-Vamos a regresar antes de que nos busquen,- le dije a Isis mientras tomaba su mano nuevamente. -Pero prometo que tendremos más momentos así.-

Ella sonrió y asintió. -Lo prometo.-

Mientras caminábamos de regreso hacia el grupo, sentí una renovada confianza dentro de mí. Había enfrentado mis celos y había encontrado consuelo en lo que compartía con Isis. Sabía que juntos podríamos superar cualquier desafío que se presentara.

El sol se ocultó por completo detrás del horizonte mientras llegábamos al grupo, pero en mi corazón sabía que lo mejor estaba por venir.

Espero que hayan disfrutado del momento íntimo y romántico entre Rhett e Isis junto al lago. La forma en que enfrentan sus inseguridades juntos es algo que muchos de nosotros podemos relacionar.

Recuerden que la comunicación y el enfrentar juntos los desafíos son clave para una relación saludable. ¿Qué consejos les darían a Rhett e Isis para seguir fortaleciendo su conexión?

¡Gracias por leer y espero sus comentarios!