La mansión se volvía cada vez más opresiva, como si sus paredes respiraran y observaran cada movimiento de Clara y sus amigos. La tensión entre ellos era evidente; nadie hablaba mucho, y cada sonido, por mínimo que fuera, hacía que todos se tensaran.
Clara, sin embargo, estaba decidida a desentrañar los secretos de ese lugar. La visión y los susurros la atormentaban, pero también la impulsaban. Había algo en esa mansión, algo oscuro y antiguo que deseaba ser revelado. La única forma de encontrar respuestas, pensó, era profundizar en el origen de la maldición.
Una Revelación Aterradora
Con un brillo extraño en los ojos, Clara convenció a sus amigos de investigar un poco más antes de rendirse. Lucas, aunque dudaba, accedió a acompañarla a una pequeña biblioteca que habían encontrado en una de las habitaciones. Con estantes llenos de libros y papeles polvorientos, el lugar parecía contener el peso de años de historias olvidadas.
Fue allí donde encontraron un antiguo registro. El documento hablaba de la construcción de la mansión, pero también mencionaba eventos que nadie había explicado nunca: desapariciones, muertes inexplicables y, finalmente, una "maldición" lanzada por alguien que había sido traicionado y olvidado.
—Clara, esto no es seguro —dijo Lucas, al leer en voz baja una línea que lo hizo palidecer—. Según este libro, todos los que intentaron descubrir los secretos de la mansión terminaron... mal. Muy mal.
Clara, sin embargo, estaba decidida.
—¿No lo ves? Ellos me han elegido para romper esta maldición —respondió, con una intensidad que asustó incluso a Sara y Tomás.
La Sombra en el Espejo
Esa noche, algo cambió. Clara estaba sola en una habitación, mirando por la ventana hacia el jardín oscuro y cubierto de niebla. De repente, sintió un frío inusual a su espalda. Al girarse hacia el espejo, vio una sombra, una figura con ojos oscuros que parecían mirarla desde más allá del cristal.
La sombra levantó una mano, y Clara sintió como si estuviera tocándola a través del espejo. Su corazón se aceleró, y sin saber por qué, levantó también su mano, acercándola a la figura. En el momento en que sus dedos casi tocaron el frío cristal, escuchó una voz que susurraba desde la oscuridad:
"Libéranos o únete a nosotros, Clara. Aquí solo hay dos caminos."
Clara retrocedió, aterrorizada, pero ya era demasiado tarde. Ahora sabía que la maldición la había alcanzado, y el reloj estaba en marcha. La mansión no dejaría ir a nadie hasta que obtuviera lo que quería: un sacrificio final que sellara su sed de venganza.
Sus amigos notaron que algo en ella había cambiado para siempre, pero no podían imaginar la verdadera magnitud de lo que Clara había visto… o de lo que estaba dispuesta a hacer.