Ecos del alma

SECCIÓN II: Maldito por el Primer Día: La Deuda de una Obsesión QUE MATA

Si es verdad que existen muchos amores en esta vida, ¿por qué siento que todas te pertenecen? Te odio, pero te quiero. Soy masoquista o eso parece. Quizás solo te extrañe o te use de excusa. Si alguien me falla o estoy triste, corro hacia ti, o al menos en mi mente lo hago, para justificar que la tristeza es por tu falta de presencia y no porque me dañaron otra vez, porque algo en mí se aferra a querer solo sentir dolor por ti. Quizás ya no quiera darle una lágrima mía a otra persona. ¡Quisiera un amor bonito, un amor puro!

Estoy seguro de que te gusto, pero haces todo para que te deteste.

Ten paciencia conmigo, porque el mundo es así y vengo herido.

Tu decías que mis defectos eran perfectos y de un día al otro se volvieron tus monstruos.

Te amé como jamás amé a nadie, y yo no me amo ni a mí mismo. Busqué tu corazón con una nave y solo caí en un abismo, pensando diferente, pero el sentimiento inevitable. Quizás solo me guste el masoquismo.

Todas las personas están realmente locas. Me siento tan engañado. Aun amaría morir tres mil veces en tu boca.

Y si las personas son momentáneas, ¿por qué aún sigues estando presente en mi mente? ¿No se supone que te deberías haber ido?

Hoy, como algunas noches, no me siento escuchado. Me gustaría que entendieras lo que siento, aunque de eso siempre te he hablado. Lo dejaré pasar y sí importa, mi corazón se siente abandonado. Aguantaré otras noches más.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.