Ecos del alma

SECCIÓN III: La Paradoja de no ser Nadie: Auto-Traición y Deseos de Paz

Soy tan fiel a mi palabra y tan mentiroso con mi mente. Puedo jurar mil cosas, pero antes pienso en cómo mentirme. ¿Estoy mal por mentirme o hago bien en hacerlo? Al menos así no me equivoco con lo que digo.

Y si no eres mi futuro, pues quiero que lo seas. Yo siempre he sido muy caprichoso, ahora acompaña eso con que soy terco. Y porque me engancho mucho a ti, pues... (eres la calma que mi alma desea). Porque yo soy un tormento. Eres paz en mi desastre y mar en mi lluvia. Aparte, ¡qué bonito tener unos hijos con tus ojos!

Estoy cansado de sentirme inútil, imperfecto. Pegaste donde duele.

Pensando casi en no ser traicionado, cuando el más traidor a veces eres tú, tarado. Tus sueños por tu mente estancados. Gritando internamente como si el del frente hubiese fallado.

Soy prisionero por un amor no correspondido y mi libertad será el día que muera, no cuando te tenga, porque extrañaría estar preso de nuevo, pues lo mejor de estar preso es extrañarte y si te tengo como que me da pereza.

Me enamoré de un cuerpo complejo. Me enamoré de un cuerpo real. Ni queriendo te niego mis besos. Ni queriendo se vuelve fugaz.




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