Capítulo 6: Apertura de Corazones

El sol se había ocultado tras el horizonte, dejando una suave penumbra en la playa. Isabella se sentó en su estudio, rodeada de pinturas que reflejaban su lucha interna. Había pasado días tratando de procesar su separación de Mateo, pero su mente seguía llena de preguntas y emociones no resueltas. ¿Había tomado la decisión correcta al alejarse? ¿Podría realmente dejarlo ir?

En medio de sus pensamientos, su teléfono sonó. Era un mensaje de Mateo.

"Hola, Isabella. Sé que hemos estado distanciados, pero me gustaría hablar contigo. Hay cosas que necesito compartir."

El corazón de Isabella dio un vuelco. Parte de ella quería ignorar el mensaje, pero otra parte sabía que no podía evitarlo por más tiempo. Finalmente, decidió responder.

"Hola, Mateo. Estoy de acuerdo. ¿Podemos vernos mañana en el café?"

Un par de minutos después, su respuesta llegó. "Sí, a las tres. Gracias por darme la oportunidad de hablar."

Al día siguiente, Isabella llegó al café con una mezcla de ansiedad y esperanza. Sabía que la conversación sería difícil, pero también sentía que era necesaria. Se sentó en la mesa donde habían compartido tantas risas y sueños, y esperó a que Mateo llegara.

Cuando él entró, su rostro reflejaba una mezcla de nerviosismo y determinación. Se acercó y se sentó frente a ella, sus ojos buscando los de Isabella.

“Hola,” dijo Mateo, tratando de sonreír. “Gracias por venir.”

“Hola,” respondió Isabella, sintiendo que el nudo en su estómago se apretaba.

Mateo tomó un profundo respiro, sintiéndose abrumado por la situación. “Quería hablar contigo porque hay cosas en mi vida que necesitas saber. Cosas que he estado guardando.”

Isabella lo miró, sintiendo que su corazón latía con fuerza. “¿Qué es lo que necesitas decirme?”

“Mi compromiso,” comenzó Mateo, su voz temblando. “Es más complicado de lo que imaginas. No es solo una cuestión de familia o expectativas. Hay sentimientos involucrados, y eso lo hace aún más difícil.”

Isabella frunció el ceño, sintiendo que su corazón se apretaba. “¿Qué quieres decir con eso? ¿Te sientes atrapado en esta situación?”

“En cierto modo, sí,” admitió Mateo. “He estado sintiendo la presión de mi familia para casarme con ella. Se espera que mantenga las apariencias y cumpla con lo que se espera de mí. Pero nunca he estado realmente feliz en ese compromiso.”

“¿Y por qué no has hablado de esto antes?” preguntó Isabella, sintiendo que la frustración comenzaba a aflorar. “Hemos compartido tanto, y nunca mencionaste lo que realmente sientes.”

“Porque no sabía cómo,” respondió Mateo, sintiéndose angustiado. “Siempre he tenido miedo de decepcionar a mi familia y a ella. Quiero ser la persona que todos esperan que sea, pero al mismo tiempo, no quiero estar con alguien que no ama mi verdadero yo.”

“¿Y yo?” preguntó Isabella, su voz temblando. “¿Qué soy para ti en medio de todo esto?”

“Eres la única persona con la que he podido ser completamente honesto,” dijo Mateo, sintiendo que su corazón se abría. “Contigo, puedo hablar de mis sueños, mis miedos. Eres diferente, Isabella. No eres parte de ese mundo de expectativas.”

Isabella sintió que las lágrimas amenazaban con asomarse. “Pero eso no quita el hecho de que tienes un compromiso. No puedo ser la persona que te espera mientras tú estás atado a otra.”

“No quiero que seas eso,” respondió Mateo, sintiéndose angustiado. “Pero mi situación es complicada. No puedo simplemente romper con ella sin enfrentar las consecuencias. No quiero hacer daño a nadie.”

“Lo entiendo,” dijo Isabella, sintiendo que su corazón se quebraba. “Pero también necesito pensar en mí misma. No puedo seguir aquí sintiéndome como una opción secundaria.”

“Eres mucho más que eso,” dijo Mateo, sintiendo una profunda tristeza. “La conexión que hemos compartido es única. Quiero que sepas que mi amor por ti es real.”

“¿Pero cómo puede ser real si estás comprometido con alguien más?” preguntó Isabella, sintiéndose confundida. “No sé si puedo seguir adelante con esto, Mateo. Necesito claridad.”

Mateo tomó un profundo respiro, sintiendo que era el momento de ser completamente honesto. “Isabella, he estado pensando en dejar a mi prometida. No puedo seguir viviendo una mentira. Pero hay algo más que necesito que sepas.”

Isabella lo miró, sintiéndose intrigada y asustada a la vez. “¿Qué es?”

“Mi familia tiene una gran influencia en mi vida. Si rompo este compromiso, las repercusiones serán significativas. No solo para mí, sino también para ella y para todos los que nos rodean. Me siento atrapado,” confesó Mateo, sintiéndose vulnerable.

“Eso es... complicado,” dijo Isabella, sintiendo que la tensión crecía. “No quiero ser la razón por la que rompes algo que ya está establecido. No quiero que te sientas obligado a elegir entre mí y tu vida.”

“Pero no quiero vivir una vida que no es mía,” dijo Mateo, sintiéndose cada vez más angustiado. “Lo que siento por ti es real, y no puedo ignorarlo. No quiero perderte, pero tampoco quiero ser un cobarde.”

Isabella sintió que las lágrimas caían por su rostro. “No sé si puedo ser la persona en la que te apoyes mientras tomas decisiones tan difíciles. Necesito encontrar mi propio camino.”

“Entiendo,” respondió Mateo, sintiéndose desolado. “Pero quiero que sepas que estoy dispuesto a luchar por lo que siento. Quiero encontrar una manera de estar contigo, pero también necesito tiempo para resolver mi vida.”

“¿Y si eso significa que tengo que esperar?” preguntó Isabella, sintiendo que la tristeza la invadía. “No sé si puedo hacer eso. No quiero quedarme en un limbo emocional.”

Mateo la miró, sintiendo que el dolor de la situación los envolvía. “Lo sé, y no quiero que te sientas así. Pero no estoy listo para dejarlo todo atrás. Necesito tiempo para pensar y planear cómo puedo manejar esto de la mejor manera posible.”

“¿Y si no puedo esperar?” preguntó Isabella, sintiéndose vulnerable. “¿Y si decido seguir adelante sin ti?”