Con el poder de los Guardianes fluyendo dentro de mí, supe que ya no podía dar marcha atrás. Todo lo que había sucedido hasta ahora, todas las sombras que había enfrentado, los momentos de duda, habían sido pruebas para prepararme para lo que venía.
Lian tomó mi mano, y su calor me tranquilizó, pero también me dio fuerza. No estaba sola en esto. Aunque el destino era incierto, aunque el camino sería lleno de pruebas y sacrificios, no iba a rendirme.
“Ahora, el verdadero viaje comienza,” dije, mirando a Lian a los ojos, con una determinación que nunca antes había sentido. “El amor que compartimos no solo es nuestra conexión. Es lo que nos da fuerza. Y lo que hemos aprendido no será destruido por las sombras. El amor no tiene fin.”
El resplandor plateado de la magia comenzó a desvanecerse, y el claro se volvió más oscuro, pero ya no me asustaba. El poder estaba en mí, y lo usaría para proteger todo lo que amaba.