A medida que comenzaba a comprender mi verdadero poder, también sabía que había fuerzas oscuras que aún acechaban. El velo, aunque había sido levantado, seguía siendo una puerta entre mundos, y las sombras nunca dejarían de intentar cruzarla.
Lo que se avecinaba sería más peligroso que todo lo que había enfrentado antes, pero ahora entendía algo crucial: no estaba sola. Juntos, Lian y yo, éramos más fuertes que cualquier sombra que pudiera amenazarnos. Nuestra conexión era eterna, nuestra magia era infinita, y juntos, podríamos enfrentar cualquier desafío que se presentara.