Ecos del Invierno

Capitulo 12: La Chispa

Min-jae se recostó contra la pared trasera del aula, con los pies sobre su pupitre.
El profesor Kim lo miró de reojo, pero no dijo nada.
Él nunca decía nada realmente importante.
—Clase aburrida, como siempre —murmuró Min-jae, en tono apenas audible, lo justo para que solo él lo oyera.
Todos pensaban que su actitud desafiante era parte de su personalidad. El típico adolescente problemático que no respeta reglas.
Pero Min-jae sí respetaba algo: la verdad.
Y había dejado de verla en ese lugar hacía tiempo.
---
Empezó a notar cosas.
Las respuestas de Ji-hoon eran siempre perfectas. Demasiado perfectas.
Las bromas de Dae-seok, el gordito gracioso, se repetían cada semana. Literalmente.
Y Joo-ri…
Joo-ri solía tartamudear.
Ahora no.
Pero tampoco parecía cómoda. Su sonrisa era siempre tensa, forzada.
Y Hae-won…
Antes miraba al piso todo el tiempo.
Ahora miraba las cámaras.
Eso lo inquietó.
---
Después de clase, Min-jae caminó más lento de lo habitual. Fingió atarse los cordones para quedarse solo unos segundos más.
Fue entonces cuando los vio:
Joo-ri deslizaba algo pequeño —oscuro, metálico— dentro de su bolsillo, muy rápido. Hae-won no dijo nada, pero caminó justo detrás de ella.
No hablaban.
Y eso era raro.
Demasiado raro.
---
Más tarde, en su habitación, Min-jae apagó la luz. Se metió bajo las sábanas.
Y ahí, en la oscuridad, susurró:
—¿Qué carajos están tramando ustedes dos?
No era enojo.
Era curiosidad.
Y miedo.
---
Al día siguiente, fingió dormir durante el primer periodo libre. Pero entrecerró los ojos lo justo para observar. Hae-won y Joo-ri seguían actuando como si todo estuviera normal.
Pero no lo estaba.
Joo-ri no paraba de tocar su bolsillo.
Hae-won miraba el reloj cada pocos minutos, como si esperara algo.
Min-jae los observó sin moverse.
Se dio cuenta.
Tal vez ellos ya sabían algo.
Tal vez él se estaba quedando atrás.
Y eso no le gustaba.
Porque si había algo que Min-jae no soportaba…
era no saber quién lo estaba controlando.
---
Esa noche, alguien observaba desde la sala de pantallas.
El hombre en las sombras.
En uno de los monitores, la imagen de Min-jae.
Acostado.
Despierto.
Pensando.
El hombre murmuró:
—Interesante. El rebelde empieza a actuar por cuenta propia…
Y pulsó un botón rojo que parpadeaba junto a su mano.
Una nota fue enviada a la inteligencia del sistema.
Un mensaje simple:
> “Actualizar script para Min-jae. Inyectar tensión entre él y Hae-won. Cuidar ruptura del guion.”
El juego empezaba a desbordarse.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.