Ecos del Invierno

Capitulo 14: No confíes

Min-jae nunca creyó en reglas.
Desde niño le molestaban los horarios, las instrucciones, los uniformes. Se suponía que su actitud rebelde era parte de su personalidad.
Pero últimamente, algo en su rebeldía le parecía… ajeno.
Forzado.
—¿Por qué siempre rompo las reglas exactamente igual? —susurró para sí mientras se quitaba los audífonos rotos que nunca funcionaban.
Cada día, durante la primera hora libre, él decía algo sarcástico. Se reclinaba. Se hacía el dormido.
Siempre igual.
Como un patrón.
Y ahora que lo pensaba… ni siquiera lo disfrutaba.
---
Hae-won y Joo-ri seguían actuando raro.
Más cercanos. Más cautelosos. Más vivos.
Y eso lo ponía nervioso.
Antes, todos eran marionetas. Cada uno en su rol: el gracioso, la chica lista, el obediente, él… el rebelde.
Pero Hae-won ya no era solo el protagonista.
Y Joo-ri ya no parecía tan frágil.
Min-jae empezó a observarlos más.
Tomaban notas que no compartían. Se acercaban al rincón del aula donde la cámara tenía un punto ciego. Se movían como si supieran algo que él no.
Eso lo carcomía.
---
Una noche soñó con una mesa metálica.
Una luz blanca sobre su rostro.
No podía moverse.
Una voz repetía su nombre, pero no lo llamaba: lo instruía.
—Kim Min-jae. Comportamiento: impulsivo. Rol asignado: disidente joven. Estabilidad emocional: variable. Control: intermitente. Ejecutar refuerzo.
Se despertó sudando.
No era una pesadilla cualquiera.
Era… un recuerdo.
Pero, ¿de qué?
---
Durante el almuerzo, hizo algo que nunca hacía.
No dijo nada.
No protestó por la sopa aguada, ni por el arroz frío, ni por el aire artificial que olía a detergente.
Solo observó.
Y se dio cuenta:
Cada vez que alguno de ellos decía algo “fuera del guion”, se producían pequeños errores.
—Joo-ri, ¿tú recuerdas la ciudad donde vivías antes de venir aquí? —le preguntó de pronto.
Ella parpadeó. Se congeló por una milésima de segundo.
—Claro —respondió, sonriendo—. Vivía en… en… Daegu.
Min-jae bajó la mirada pero pudo sentir duda en aquella respuesta
---
Esa tarde en el aula, al mirar por la ventana, vio algo que lo dejó helado.
La misma escena.
La misma nube.
El mismo cuervo.
Estaba repitiéndose. Como una cinta en loop.
Él la había visto hace una semana. La misma exactamente.
Se levantó bruscamente de su asiento.
El profesor Kim lo miró.
—¿Min-jae?
—Necesito ir al baño —dijo, sin esperar respuesta.
Salió al pasillo. Caminó sin dirección clara, intentando recordar su propio rostro.
¿Dónde estaba el espejo de su casa?
¿Había uno?
¿Desde cuándo no se miraba de verdad?
---
Esa noche escribió una frase en un papel, en secreto:
> “No confíes"
La dobló. La metió en su zapato.
Por si acaso alguien más lo estaba leyendo.
---
Desde la sala oscura, el hombre en sombras lo observaba en silencio.
Min-jae aparecía en una de las pantallas. Inquieto. A la defensiva.
—Demasiado temprano —murmuró la voz.
Y presionó una secuencia distinta en el teclado.
Un nuevo ciclo. Un pequeño ajuste. Solo un poco más de duda. Solo un poco más de caos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.