Ecos Del Silencio

Capítulo 13: La Misión

El reloj marcaba las 4:30 de la madrugada. La lluvia había cedido, pero el frío seguía calando los huesos. En la pequeña cabaña-refugio, el ambiente era tenso, cargado de nervios y determinación.

Luke revisaba las armas improvisadas sobre la mesa: cuchillos de cocina, un par de viejas pistolas que habían conseguido en una granja abandonada, bates de metal, linternas y una radio que apenas funcionaba.

Jade ajustó el bate entre sus manos. Sentía su corazón golpearle el pecho con fuerza, pero no era miedo… era la mezcla de adrenalina y rabia acumulada.

Emmy estaba junto a ella, con un cuchillo entre las manos, respirando profundo.

—¿Lista? —preguntó Jade.

Emmy tragó saliva, asintiendo.

Carla, más seria de lo que Jade la recordaba, revisaba un pequeño mapa. Había cambiado mucho desde aquel verano. Ya no era la chica rebelde que pensaba solo en fiestas… ahora era alguien que había perdido demasiado y entendía lo que estaba en juego.

—Bien —dijo Luke, mirando a todos—. Escuchen… puede que esta sea la última vez que estemos juntos. No voy a mentirles, es peligroso. Pero esa gente… —señaló hacia la ventana— no puede seguir haciendo lo que hace. Si no los detenemos, nadie lo hará.

Todos asintieron.

Fabricio se adelantó.

—Y si alguien cae… los demás siguen. Esto no es solo por nosotros, es por todos los que ya no están.

Jade lo miró, con los ojos brillosos, y le tendió la mano.

—Por Luz, por Dylan, por todos.

Todos unieron sus manos en el centro.

—Que pase lo que tenga que pasar —murmuró Carla.

Luke asintió.

—Nos vemos en la salida, guerreros.

Agarraron sus cosas y salieron en la oscuridad, cada uno con su propio miedo escondido en el pecho… pero también con una promesa silenciosa.

Ninguno pensaba rendirse.

Era la hora.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.