Ecos del tiempo

Capítulo 3: Ecos de un pasado olvidado

La tarde había caído, y las sombras de los grandes pasillos del palacio se alargaban como si quisieran engullir todo a su paso. Lia se encontraba sola en una de las terrazas del castillo, mirando el vasto jardín que se extendía frente a ella. Aunque la brisa fresca acariciaba su rostro, había algo dentro de ella que no dejaba de sentirse abrumada. Algo estaba ocurriendo, algo que no podía comprender por completo, pero que la llamaba insistentemente.

Al principio había sido solo un susurro en su mente: una imagen borrosa de un hombre de cabello oscuro y una voz familiar. Pero ahora los recuerdos comenzaban a aclararse, como fragmentos de un sueño que se desvanecen con el despertar.

En uno de esos recuerdos, estaba Lady Lira en una sala similar a la que había recorrido esa mañana. El rostro del hombre era el mismo, y ella, Lady Lira, lo miraba con una mezcla de respeto y preocupación.

-Príncipe Alexander... – recordó, su mente atrapada en ese fragmento de la memoria. ¿Por qué me pides esto?

La visión desapareció tan rápido como llegó, y Lia se sintió más desconcertada que nunca. ¿Qué significaba esa escena? ¿Había alguna conexión entre ella y el príncipe Alexander que aún no entendía?

La necesidad de comprender quién era Lady Lira la impulsó a moverse por el palacio, buscando respuestas. Tenía que acercarse a las personas clave en la corte. Necesitaba descubrir si había algo más en los recuerdos que le vinieran de forma tan fragmentada.

Su destino la llevó nuevamente hacia los pasillos de la corte, donde encontró a un joven noble conversando animadamente con varios consejeros. Este joven, de cabello rubio y ojos verdes, la observó de inmediato y se acercó con una sonrisa amigable.

-Lady Lira, qué alegría verte.. Supongo que no descansaste mucho después de la... extraña reunión con el príncipe.

Lia se detuvo, reconociendo al joven de inmediato: Lord Kaelen, un noble con una reputación algo dudosa, pero de quien Lady Lira había escuchado hablar en los recuerdos.

-Lord Kaelen, dijo Lia con cautela, intentando no mostrar sorpresa en su rostro. No esperaba encontrarme usted aquí.

Lord Kaelen sonrió, pero algo en su expresión denotaba cierto aire de diversión, como si estuviera disfrutando de la situación.

-¿No me esperabas? Me siento honrado. Sabes que la corte está llena de sorpresas, mi lady, así que ¡sorpresa!

Lia frunció el ceño. No podía negar que en sus recuerdos lord Kaelen era muy singular, y actualmente se daba cuenta lo raro que era él. ¿Por qué dices eso? – preguntó, tratando de obtener más información sin levantar sospechas.

El joven noble la miró de forma juguetona, pero Lia podía ver en sus ojos una chispa de interés genuino.

-Porque en ti hay algo que me atrae, Lady Lira. Y no me refiero solo a tu belleza, sino a una especie de fuerza silenciosa que no pasa desapercibida. La gente aquí te observa con cautela, pero no se atreve a acercarse. Sin embargo, yo veo más allá de las apariencias.

Lia mantuvo su postura, aunque sus pensamientos se agolpaban, como habrá sido la anterior lia para llamarle la atención a un personaje de tal calibre como este. La reacción de lord Kaelen era desconcertante. ¿Qué quería realmente de ella? ¿Era un aliado o alguien que podría poner en peligro sus planes? Ella quería volver a casa.

-Lord Kaelen, dijo con suavidad, espero que no haya malentendidos. Si he de ayudar en lo que sea necesario, es porque el reino lo necesita. Pero no soy una persona que se deje influenciar fácilmente.

Lord Kaelen la observó por un momento largo, y luego, con una ligera inclinación de cabeza, dijo:

-Lo aprecio, Lady Lira. Y créeme, en este lugar es una virtud que pocos poseen. La corte es un campo de batalla, y solo los más astutos sobreviven. Ten cuidado con lo que confías, y con quién.

Antes de que Lia pudiera responder, lord Kaelen se alejó con una última mirada cargada de significados. ¿En que genero de novela aterrizo? Porque estaba metida en tremendo problemón.

A medida que se alejaba por los pasillos, los recuerdos de Lady Lira comenzaron a tomar forma nuevamente. Esta mujer, había tenido una relación compleja con todos en la corte. ¿Podía confiar en alguien aquí?

Y entonces, un nombre se cruzó en su mente, como una ráfaga de viento entre las hojas secas: Lord Alistair.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.