Ecos en la Noche.

Capítulo 2: Huellas en la Oscuridad.

Las calles estaban desiertas, iluminadas solo por los parpadeos de los neones y las sombras que se alargaban con cada paso de Yisus. El barrio donde Laura había sido vista no era el más acogedor. Las fachadas de los edificios estaban desgastadas y los ecos de risas y música lejana se mezclaban con el murmullo de la lluvia.

Yisus se detuvo frente a un bar llamado "La Esquina Perdida". La puerta de madera estaba desgastada, pero al acercarse, pudo escuchar el murmullo de conversaciones y el tintineo de vasos. Sin pensarlo dos veces, empujó la puerta y entró.

El ambiente era cálido y cargado de una mezcla de humo y risas. Las luces tenues creaban un aire de complicidad entre los clientes que llenaban las mesas. Yisus se acercó a la barra, donde un hombre de mediana edad, con una barba desaliñada y un delantal manchado, limpiaba vasos.

—¿Qué te sirvo? —preguntó el bartender, sin dejar de limpiar.

—Busco información, no una bebida. ¿Has visto a una chica llamada Laura? —dijo Yisus, observando al hombre con atención.

El bartender levantó la vista, su expresión se tornó seria.

—Laura… sí, la vi hace unos días. Estaba con un grupo de amigos. Se reía mucho, parecía feliz. Pero esa noche… —se detuvo, como si evaluara si debía seguir hablando.

—¿Pero qué? —insistió Yisus, manteniendo la voz baja pero firme.

—Tuvo una discusión con un tipo. No sé qué pasó, pero se notaba que él no le caía bien a nadie. Desde entonces no la he vuelto a ver.

Yisus sintió que una chispa de esperanza se encendía en su interior. La discusión podría ser la clave.

—¿Puedes describirme a ese tipo? —preguntó, tomando un sorbo de agua.

—Era alto, con una chaqueta de cuero negra. Tenía un tatuaje en el brazo… algo de una serpiente, creo. No lo vi después de la pelea, pero… —el bartender bajó la voz—, se dice que frecuenta el callejón detrás del bar. Ten cuidado, no es alguien con quien quieras meterte.

Yisus asintió, agradecido por la información. Se levantó y dejó un par de monedas sobre la barra.

—Gracias. Estaré atento.

Al salir del bar, sintió que la lluvia había disminuido, pero la sensación de peligro aumentaba. Se dirigió hacia el callejón que había mencionado el bartender. Al llegar, la luz de una farola parpadeante iluminaba tenuemente el lugar, revelando graffitis en las paredes y basura acumulada en el suelo.

A medida que avanzaba, escuchó risas y murmullos. Oculto en las sombras, se asomó y vio a un grupo de hombres, entre ellos, uno que cumplía con la descripción del tipo que había discutido con Laura. Llevaba una chaqueta de cuero y, efectivamente, un tatuaje de serpiente en el brazo.

Yisus se acercó más, tratando de escuchar la conversación.

—No me importa lo que digan, ella no se atreverá a hablar —dijo el hombre de la chaqueta, con una sonrisa arrogante.

Los demás rieron, pero algo en la forma en que lo decían le heló la sangre a Yisus. No podía permitir que se escapara. Decidió que necesitaba más información, así que se acercó un poco más, tratando de no ser visto.

—¿Dónde está Laura? —preguntó, saliendo de las sombras con determinación.

Los hombres se dieron vuelta, sorprendidos por la repentina aparición de Yisus. El tipo de la chaqueta frunció el ceño.

—¿Quién te crees, amigo? —dijo, acercándose con una actitud amenazante.

—Soy el que va a encontrar a Laura. Y no tengo miedo de lo que puedas hacer —respondió Yisus, manteniendo la mirada firme.

El grupo se rió, pero Yisus notó que había nerviosismo en sus ojos. Sin embargo, antes de que pudiera seguir hablando, el hombre de la chaqueta dio un paso hacia él.

—Te aconsejo que te marches, antes de que te arrepientas de haber venido aquí.

Yisus sabía que debía actuar con precaución. La tensión en el aire era palpable, y cualquier movimiento en falso podría desencadenar un problema mayor.

—Solo estoy buscando respuestas. No quiero pelear. —dijo, intentando mantener la calma.

—Las respuestas no son gratis en este barrio —respondió el hombre, cruzándose de brazos—. ¿Qué estás dispuesto a ofrecer?

Yisus se quedó en silencio, sopesando sus opciones. Sabía que no podría salir de allí sin más información, pero también entendía que no podía confiar en esos hombres.

—Estoy dispuesto a hacer un trato. Solo quiero saber qué pasó la noche que desapareció Laura —insistió, intentando mantener la voz firme.

El hombre lo miró de arriba abajo, evaluando su propuesta.

—Está bien, te daré una pista. Pero si no te gusta lo que escuchas, mejor que no estés por aquí —dijo, sonriendo con malicia.

Yisus sintió que se le aceleraba el pulso. Sabía que estaba caminando sobre una cuerda floja, pero la búsqueda de Laura lo empujaba a seguir adelante, sin importar el riesgo.

—Dímelo —respondió, decidido a no dar marcha atrás.

El hombre se inclinó hacia él, y Yisus supo que lo que estaba a punto de escuchar podría cambiar el rumbo de su investigación. Pero, ¿a qué precio?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.