El hombre de la chaqueta de cuero sonrió con desdén, sus ojos brillando con un destello de diversión.
—Escucha bien, detective. La noche que Laura desapareció, la vi entrar en un coche con un tipo diferente. No era el mismo de la pelea, pero estaba claro que había algo raro en él.
Yisus frunció el ceño. La revelación le pareció alarmante, pero a la vez, una pista que debía seguir.
—¿Y sabes quién era ese tipo? —preguntó, manteniendo la voz serena.
El hombre se encogió de hombros.
—No tengo idea. Pero sé que frecuenta el club que está al final de esta calle. Se llama "El Refugio". Si quieres saber más, tal vez deberías ir a visitarlo.
Antes de que Yisus pudiera responder, uno de los compañeros del hombre lo interrumpió.
—¿Estás seguro de que quieres seguir por este camino? —dijo, con un tono de advertencia—. No todos los que entran en ese lugar vuelven a salir.
Yisus sintió que un escalofrío le recorría la espalda, pero no podía dar marcha atrás. Laura necesitaba de él, y no se detendría ante nada para encontrarla.
—Gracias por la información —dijo, sin darle más importancia a las advertencias. Se dio la vuelta, dispuesto a marcharse, pero el hombre lo llamó de nuevo.
—Espera. Solo recuerda, si decides hacer preguntas, asegúrate de que no llamen la atención. Este es un juego peligroso, y no todos los jugadores son amables.
Yisus asintió levemente, sintiendo cómo la adrenalina comenzaba a fluir por su cuerpo. Sabía que se estaba adentrando en aguas profundas, pero no podía permitir que el miedo lo detuviera.
Al salir del callejón, la lluvia había cesado, pero las nubes oscuras aún cubrían el cielo. Se dirigió rápidamente hacia "El Refugio", un club que prometía ser tanto un refugio como un laberinto de secretos.
Al llegar, se encontró con una entrada discreta, casi oculta entre otras edificaciones. Las luces que parpadeaban en la puerta principal prometían diversión, pero también advertían sobre el peligro que acechaba en su interior. Con un profundo suspiro, Yisus empujó la puerta y entró.
El interior estaba lleno de música vibrante y un aire denso de humo. Las luces de colores danzaban sobre las caras de personas que se movían al ritmo de la música, algunas riendo y otras sumidas en conversaciones más serias. Yisus se sintió como un pez fuera del agua, pero sabía que tenía un objetivo.
Se acercó a la barra, donde una mujer de cabello rizado y ojos intensos lo observaba con curiosidad.
—¿Qué te traen por aquí? —preguntó, inclinándose un poco hacia él.
—Busco información. Estoy detrás de un tipo que estuvo aquí hace unos días. ¿Te suena alguien que haya estado con una chica llamada Laura? —dijo, manteniendo un tono lo más casual posible.
La mujer lo miró con interés, pero su expresión se volvió cautelosa.
—Laura, dices... No es la primera vez que escucho ese nombre por aquí. Pero no todos los que vienen a este club están dispuestos a hablar. ¿Qué estás dispuesto a ofrecer? —preguntó, esbozando una sonrisa astuta.
Yisus sabía que el juego de favores era un arte en este entorno.
—Te doy mi palabra de que no vendré a causar problemas. Solo quiero respuestas.
La mujer lo contempló por un momento antes de asentir lentamente.
—Está bien. Escuché que un tipo llamado "El Serpiente" estuvo aquí la noche que desapareció Laura. Pero es mejor que no lo busques directamente. Es peligroso.
Yisus sintió que su corazón se aceleraba.
—¿Dónde puedo encontrarlo? —preguntó, sin perder tiempo.
—No es fácil. Él suele estar en el club, pero no siempre está visible. Te sugiero que observes primero. Si decides acercarte, asegúrate de tener un plan. No querrás ponerte en su mira.
Yisus agradeció a la mujer con un gesto y se alejó, buscando una mesa en la esquina donde pudiera observar el lugar sin ser notado. Se sentó y pidió un trago, manteniendo los ojos bien abiertos.
Con el tiempo, comenzó a notar a varias personas que entraban y salían, pero no vio a "El Serpiente". En ese momento, su mente comenzó a divagar, pensando en Laura y en lo que podría haberle sucedido. El tiempo pasaba lentamente, y la tensión en su interior crecía.
De repente, una figura entró en el club. Era un hombre alto, con una chaqueta de cuero que resaltaba su figura atlética. Yisus lo reconoció al instante por el tatuaje de serpiente en su brazo. Era "El Serpiente".
Con el corazón latiendo con fuerza, Yisus tomó un profundo aliento y se preparó para acercarse, sabiendo que su siguiente movimiento podría cambiarlo todo. Tenía que obtener respuestas, y estaba dispuesto a arriesgarlo todo para salvar a Laura.
Se levantó de la mesa y caminó hacia el hombre, decidido a enfrentarlo. ¿Sería este el momento que marcaría la diferencia en su búsqueda? Solo el destino lo diría.
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Editado: 15.12.2025