Amor a primera vista.
Tal vez así es como puedo describir nuestro primer encuentro.
Descanso mi cabeza sobre mi mano derecha mientras lo observo dejarle comida a los pequeños gatos sin hogar.
Un pequeño suspiro escapa de mi labios al verlo concentrado.
¿Por qué ahora?
¿Por qué no pude conocerlo antes?
Está en cuclillas dandome la espalda, el callejon es ocuro y las luces sobre nosotros parpadean, me levanto de la caja donde estaba sentada dando pasos lentos en su dirección. A lo lejos se escucha el sonido de los carros pasar, en este pequeño vecindario no hay nadie a estas horas.
¿De dondre vendrá?
¿Trabajara horas extras?
¿Estará casado?
¿Le gustaran los fantasmas?
Mil preguntas rondan mi cabeza hasta que estoy detrás suyo, desde mi posición puedo observar como los vellos de su nuca se erizan. Ladeo la cabeza con curiosidad.
¿Podrá sentir mi presencia?
Se levanta de golpe girando en mi dirección alarmado, mira detrás de mi sin ver nada y mis labios caen.
Por supuesto que no puede verme.
Nadie puede hacerlo.
Me acerco hasta él intentando tocarlo pero mis manos traspasan las suyas, jadea asustado y quita su mano en panico sin entender lo que está pasando.
Tal vez lo vuelva loco en algun momento, lo he estado siguiendo como una obsesiva enamorada, en parte me alegra que siga viniendo por el mismo camino aunque sé que este lugar da un aire peligroso... lo hace por esos gatos estoy segura.
Es apuesto, parece calido y se preocupa por animales.
Es una pena que esté muerta, el no poder tenerlo me dan ganas de hacer locuras con tal de poder hacerlo mío.
Si pudiese tocarlo mis manos irian hasta su cuello apretandolo con todo el amor que parece estar desbordando de mi. Me gustaria verlo llorar cuando me vea, si esas lágrimas pudiesen tornarse carmesi sería aun más perfecto y significativo.
Algo muy profundo en mi deseaba tener su espiritu amarrado a mi lado.
Una risilla se me escapa... no sabía que podía ser tan romantica.
Perdida en mis pensamientos pierdo la chance de observarlo más ya que se levanta y camina para irse, me coloco frente a él y cuando pasa traspasando mi cuerpo, un mareo y frío recorre todo mi ser logrando hacer que pierda el conocimiento.
Ni modo...
Lo veré mañana otra vez.