La noche llegó rápido en Londres, y con ella, el sonido suave del viento que se filtraba por las ventanas de la mansión Vanderleigh. Anastasia se encontraba en el salón privado de la mansión, mirando los mapas de la ciudad y los documentos confidenciales que había conseguido en las últimas horas. Había movido piezas en la sombra, creando una red de aliados y contactos que le permitirían tener acceso a información clave.
A través de una de las ventanas, veía cómo las luces de la ciudad brillaban en la distancia. Era un recordatorio constante de lo que estaba en juego: el poder, el control, y todo lo que ella había planeado durante años.
De repente, la puerta se abrió, y un hombre entró en la habitación. Era Mičev, su aliado más cercano. Su rostro mostraba preocupación, algo inusual en él. Anastasia levantó una ceja.
—¿Qué sucede? —preguntó, sin apartar la vista de los documentos.
—Hay algo que debes saber, Lady Vólkova. Algo que no habías anticipado —dijo Mičev, con la voz baja.
Anastasia dejó los papeles a un lado y lo miró con más atención.
—Habla.
—Julian ha comenzado a moverse. No es un simple heredero esperando su turno. Ha buscado la lealtad de varios socios clave, tanto dentro como fuera de la familia. Está dispuesto a hacer lo que sea necesario para tomar el control.
Anastasia se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Julian, el joven heredero, finalmente había comenzado a mostrar su ambición. Ella había subestimado su paciencia, pero ahora sabía que la batalla por el poder dentro de los Vanderleigh iba a ser mucho más complicada de lo que había imaginado.
—¿Y Geneviève? —preguntó con calma.
—Geneviève sigue su propio juego. No está dispuesta a ceder nada. Se ha rodeado de antiguos aliados de Alexander. Está buscando apoyo, pero no está dispuesta a dejarse intimidar por Julian. La guerra entre ellos ya ha comenzado.
Anastasia sonrió de manera fría, sin ningún rastro de emoción. La situación era exactamente lo que había esperado, y ahora tenía una oportunidad de oro para actuar. Pero también sabía que cada movimiento debía ser perfecto, cada jugada bien pensada.
—Bien. —Se levantó de la mesa y se acercó a la ventana—. Esto acaba de volverse interesante. La lucha por el poder no será sencilla, pero ya hemos esperado lo suficiente. Es hora de hacer que todos jueguen según mis reglas.
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conspiración geopolítica oscura, romance tenso entre enemigos, intriga de élite y traiciones
Editado: 05.05.2025