Ecos Profanos

XXVI- Crónica del Narcismo Argentino:

Cuentan los sabios del bar, con su eterno vaso de tinto barato, que este tipo cruza la historia del país.
¡Vaya logro! Entre puteadas y sarcasmos, la vida de este personaje se despliega, dibujando las cicatrices de
la Argentina de los últimos cincuenta años. Desde su infancia en Villa Domínico, con un padre que vendía
humo y sueños rotos, hasta sus noches de Clarín y sus días fuera de él, cada paso es un reflejo del egoísmo
y la ambición desmedida.

El despertar sexual de un adolescente que sólo piensa en calentar braguetas, y su primer gran oficio de
vendedor—de ilusiones, claro. Un arribista en la Capital, jugando a ser comunista mientras se obsesiona
con levantar minas como si fuera un deporte. ¡Qué noble militancia! Y de repente, una revelación literaria:
bestseller de mierda que todos compran y nadie lee.

La inserción en el menemismo, el sueño húmedo de los oportunistas. La política como una excusa para
seguir trepando, para disparar desde la sombra y hacer temblar al siglo XXI. En cada intersticio, una
historia sucia, una traición, un polvo mal echado.

Hay un relámpago parejo en su esencia, dicen los que creen saber. “La ardiente llama que haría crepitar su
prolongada epopeya vital: su ambición, sus ganas de comerse el mundo”, escriben con admiración. Pero la
entrada de Wikipedia sabe a poco: “escritor, periodista y analista político argentino que también ocupó
cargos públicos y diplomáticos”. No, querido, eso no basta. Necesitábamos volumen, espacio, densidad
para contar cómo se come a sí mismo y a los demás, cómo devora todo a su paso con una sonrisa de
narcisista de mierda.

Este libro, fruto de cuatro años de trabajo y casi cien entrevistas, no pinta sólo una época. ¡No, señor!
Recorre gran parte del siglo XX y otra buena parte del XXI, mostrando las crisis, los cambios, los
derrumbes y las resurrecciones de un país invencible y autodestructivo. Todo a través de un hombre total,
un verdadero hijo de puta que encapsula lo peor y lo mejor de nuestra historia.

“El macho de los suburbios”, lo llaman. Su verdadera obsesión son las mujeres. Quiere embelesarlas,
atraparlas, ser admirado por ellas. La sangre árabe le hierve, dicen. Un héroe que ya no calza con la nueva
época, con las nuevas generaciones. ¡Pobrecito! Perdido en un mar de cambios que no puede entender ni
aceptar.

En los cincuenta, la hostilidad era la norma. Los hombres tenían derecho a empapar a las minas durante
el carnaval, y ellas no podían decir ni pío. Así de simétrico era todo. Y el Turco, con su encanto de cabrón,
es un representante perfecto de esa época. Se casa con una chica que también quería ser escritora. Hoy,
esa nostalgia apesta, pero allí está, una oda a lo que ya no existe.

El Florida Garden, donde se gestó¡la guardia pretoriana de Menem. Políticos, periodistas, espías y
artistas, todos en un mismo lugar, captando las ondas de la época y subiéndose al menemóvil. Eso ya no
pasa más. Los amigos no se juntan más en el café. Un cambio de época, una evolución que deja atrás la
crueldad y el machismo. Pero, ¿realmente hemos cambiado?

Este texto es un canto sarcástico y violento a los egos desmesurados, a los narcisistas que han marcado
nuestra historia con su ambición y su deseo insaciable de poder y placer. Un reflejo cruel de lo que fuimos
y de lo que, tal vez, aún somos.



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En el texto hay: porcinopoesia, mra

Editado: 01.09.2025

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