¿Sabés que toda esa mierda que brilla en el cielo? Son estrellas muertas, apagadas hace milenios. Pero acá
estamos, boludos, viviendo de su luz. Como esta cigarra de mierda que aletea en Madrid, dicen que puede
cambiar la vida de un chino, el mismo que fabricó el papel y la pluma con que escribo. ¡Qué ironía de la
puta madre!
Esa hoja que vuela va directa a ser el culo de un pájaro, cimiento de su nido. Todo está conectado, dicen.
Cada célula de mi cuerpo, ahora, decidiendo si vive o se convierte en cáncer y descolgando de un saque
todos los recuerdos. ¡Bravo, cuerpo! ¡Gran jugada!
La velocidad se caga de risa, mira a ambos lados. La inmovilidad, con su freno de aventura, se aburre. Y
tú, con esa cara de pelotudo, me mirás y veo en tus ojos todas las preguntas. Yo te miro y ves en mí todas
las que vendrán mañana. ¡Vaya par de boludos!
La brisa pasa entre los dos en este día perfecto, tiene todas las respuestas. Todo tiene un destino y al
mismo tiempo es nada. Potencia pura camino del caos: sólo luz, sólo pupila, sólo cigarra, sólo persona,
sólo hoja. Completas y terminadas en lo que están siendo. El mundo empieza y termina en mis putas
pupilas.
¡Salud, universo de mierda! Aquí seguimos, tragándonos tus ironías.