Cada Halloween, el pueblo de Edevane despierta su maldición: durante trece noches, los muertos murmuran entre las hojas y las velas no se apagan aunque el viento sople. Nadie sabe cuándo comenzó, solo que cada generación nace una joven marcada por un símbolo en la piel, destinada a atraer al hijo de la oscuridad.
Elara, la más reciente marcada, creció entre susurros y supersticiones. Vive sola con su abuela en una casa al borde del bosque, donde dicen que el aire huele a cera derretida y pecado. Pero este año, algo cambia: al mirar su reflejo durante la primera noche de octubre, una sombra le devuelve la mirada.
Azrael, el demonio atado al pueblo, surge cada siglo para reclamar lo que se le prometió: el alma que lo libere o lo condene. Pero esta vez, su curiosidad por la joven marcada lo desvía de su propósito.
Elara, lejos de huir, siente una atracción inexplicable hacia la oscuridad que la observa… y lo que empieza como miedo se convierte en deseo, luego en devoción, y finalmente, en perdición.
Entre pactos, hechizos rotos y secretos enterrados, ambos descubrirán que el amor puede ser más maldito que cualquier demonio.