Edward

Capitulo 5 - Confesión Inesperada

En el momento en que nos miramos, él me besó otra vez; yo no tenía fuerzas para empujarlo. Empezaba a sentir su calor, sus manos tocándome; si seguíamos así, iba a suceder. Yo no había besado a nadie desde que él murió; era muy extraño sentir el toque de alguien más. En un momento él me soltó, yo quedé solo mirándolo y me dijo:
—Perdóname por esto, primero quería hablar contigo —seguía tocando mi rostro.
—¿Qué es lo que quieres de mí?—
—Me gustas. —Solo lo miré; mi cabeza quería explotar. Pensaba: "¿Cómo le voy a gustar? Nos vimos algunas veces".
—¿Cómo te gustó? ¡No puede ser! —Estaba nervioso, pero también pensaba: "Él es muy hermoso, ¿cómo podría pensar eso? ¡No sabía nada de él!".
—Si me gustas, ya no podía soportar no verte, ya no me aguantaba las ganas de besarte, me encanta tu cabello, tu rostro —seguía tocándome y besándome. Yo no sabía qué hacer, si seguir adelante o solo correrlo; solo cerré mis ojos, ya estaba harto de todo, solo quería olvidar mis problemas y preocupaciones. Entonces, en un momento, yo lo besé primero y me dijo:
—¿Estás bien con esto? —se quedó sorprendido, pensaba que yo me iba a seguir resistiendo.
—Sí, está bien. —Entonces me alzo; yo lo agarré con fuerza, me había asustado, nunca antes alguien hizo eso. Él es alto y su cuerpo muy robusto; me llevó a mi cuarto.
Nos acostamos; él estaba encima de mí, yo miraba su rostro y tocaba su cabello rubio. Lo ayudé a sacarse la remera, acaricié su torso desnudo; lo miré, estaba todo ruborizado. Con cada toque mío, él solo gemía; ya había perdido la cabeza, estaba absorto en lujuria. Él me empezó a sacar la ropa, mordía y besaba todo mi cuerpo, me decía: "Edward, eres tan hermoso",se estremeció todo mi ser cuando lo escuché.
Lentamente iba bajando; yo le dije que no lo hiciera, lo mismo me lo chupó, tapaba mi rostro de la vergüenza que tenía. Él corría mis manos, se acercó y me decía que me quería ver y escuchar a mis gemidos. Terminé rápido, luego deslizó su mano y me puso sus dedos por atrás. Nunca lo hice por ese lugar, le dije que no, pero solo insistió y me decía que me iba a cuidar, que no tuviera miedo. Primero era muy incómodo, pero estaba bien; cuando ya estaba listo, me puse sobre él, pero estaba avergonzado porque yo soy más delgado que él: "¿Cómo le voy a gustar? No me parezco en nada a su antiguo novio". Él me miró y me dijo:
—¿Qué sucede, tienes vergüenza? —tocaba mi rostro ruborizado.
—Sí, me da pena, no soy tan lindo como piensas; además, ¿cuántos años tienes? —hizo una carcajada.
—No te rías de mí. —Me enojé por eso.
—¿Recién te preocupas por mi edad? Está bien, ya te dije que ¡eres muy hermoso!
—Solo dime, quiero saber—
—bueno te lo diré, tengo 23 años, ¿cuál es el problema? —tapé mi rostro con mis manos. "¿Estoy loco?, ¡yo le llevo varios años!"
—¡Eres muy joven! —sonrió felizmente y me besó.
—No me interesa la edad que tengas; yo sé que me gustas muchísimo. —Yo me quedé mirándolo como un tonto, tomé coraje y lo besé también,por todo su cuerpo lentamente. Cuando bajé, lo ayudé a sacarse el pantalón. Me sorprendió,su pene era tan grande como sus manos. Pensaba: "¿Cómo va a entrar esto en mí?". Ágata entró en mi boca; cada vez que subía y bajaba, lo miraba. Él estaba muy excitado. Me acosté, ya quería ponerlo, pero no entraba, era demasiado, hasta que después de un rato entró. Sentía cómo de a poco me llenaba por completo; me dejó sin aliento. Él me miró y me preguntó si estaba bien; yo solo asentí con mi cabeza y siguió. Era gentil, pero yo perdía la cabeza en cada estocada; no tengo idea de cuántas veces acabé. Después de un rato, él acabó y siguió tan eufórico como la primera vez; no tengo idea de cuántas veces lo hicimos; yo me desmaye .
Al otro día me desperté y lo último que recuerdo es su rostro: "¿Cómo alguien puede ser así? Es tan perfecto, no lo puedo creer, ¿qué hicimos esto?". Agarraba mi cabeza. Miré la cama y él estaba a la par mía; yo pensé que ya se había ido. Aproveché que dormía y tocaba su rostro y su cabello , paso un momento y me quise levantar; me dolía todo el cuerpo. Llegué a gatas al baño, me miré en el espejo; estaba hecho un desastre, mordidas y marcas de sus besos por todo mi cuerpo. —¿Nos bañamos juntos? —Levanté la mirada y era él; estaba desnudo de acercó y me abrazó por detrás; miré al espejo para ver si así lo creia.
—mira ¿ves?, somos una pareja muy hermosa. —Me ruboricé y le dije:.
—¡Estás loco! Yo soy mucho más grande que tu me interesa eso, ya te lo dije, te quiero a ti, déjame estar a tu lado.
—¿Quieres que seamos una pareja formal? —Lo miré desconcertado.
—Sí, me haré responsable de ti—
—No, no… No me conoces, ni yo a ti —era lo esperado; recién hablamos.
—nos vamos a conocer de a poco, pero juntos. Te quiero para mí, por favor, no me digas que no. —Me acariciaba; soy sincero, no podía con ese rostro, con esos ojos que me deslumbraban, no podía negarme aunque quisiera después de haberlo hecho con él, pero también lo más importante es que a mí también me gustó desde el primer momento...




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