Capitulo 11– En el último minuto

Mis días eran muy grises. Mi médico me dijo que dentro de poco me podrían operar y sacar lo que quedaba, después de unas sesiones más de quimio. La verdad es que yo ya estaba muy cansado, no quería saber nada.
Hacía semanas que no sabía nada de Alex ni de nadie porque mi madre se llevó mi celular. Ellas iban todos los días a visitarme y llevaban muchas cosas; yo no toleraba la comida ni a nadie.
Mi luz se fue con él, pero yo le insistí que se vaya y me deje. Me dolía, lo extrañaba demasiado; con su ausencia sentía que me faltaba algo, algo muy importante, pero no quería arrastrarlo a esto. Mi madre y mi hermana me rogaban que lo llame, que hable con él, que iba a ser bueno para ambos, que yo lo necesitaba; puede ser que tengan razón, pero yo soy demasiado terco.
Un día me desperté con un ataque de nervios; mi corazón se aceleraba, me faltaba el aire. Me pasaba muy seguido, era algo muy horrible; me llenaban de sedantes y dormía todo el día. Me despertaba y pensaba: "¿Qué es esta mierda de vida?, ¿Para qué seguir con este martirio?",había otros días que lloraba mucho; también algunos días no quería que me pongan la medicina ni hacer la quimio, o me reía con mi hermana a carcajadas,mis emociones estaban desbordadas y revueltas; cada día era peor.
Un día como cualquier otro, de sorpresa llegaron mis alumnos. Estaban muy emocionados al verme, entraron con autorización de mi médico, fueron pasando por grupos porque eran muchos y no lo permitían. Me alegraron muchísimo sus palabras de aliento, todo lo que me dejaron cartas, carteles y muchos regalos. Por otro lado, lloraron mucho al ver mi deterioro y que ya estaba calvo; la verdad que yo también me odiaba y sentía asco de mí.
Catherine me visitaba a menudo, me hacía bromas, reíamos, lloraba conmigo y me retaba mucho; ella me conocía mejor que nadie, sabía que era una estupidez lo que hice con Alex. Me contó que también la llamaba y hablaba con ella; estaba muy mal también. Al escuchar eso se me partía el corazón y me sentía más miserable de lo que ya era, porque tengo que lastimarlo y despreciarlo así; mi cabeza daba mil vueltas, pensando si llamarlo y rogarle que vuelva a mi lado o solo dejarlo ir de una vez por todas; era una decisión muy importante...
Mi médico vino a verme, llamó a mi madre y a mi hermana; yo estaba super aterrado: "¿Qué es lo que pasó?".
—Hola, ¿cómo están? —Lo mirábamos atentos; mi madre habló primero, como siempre.
—Bien, ¿pero cómo seguimos, Doc? Está muy mal, los ataques son más frecuentes. —Estaban muy angustiadas y asustadas.
—Eso venía a hablar con ustedes, le queda la última sesión de quimio y vamos a hacer la operación. —Las dos agarraron mis manos; la verdad que ya nada me sorprende.
—¿Pero eso lo va a curar? ¿Ya va a salir del hospital? ¿Cuánto tiempo más se tiene que quedar después de eso? —
—Miren, les soy sincero, todo depende de qué encontremos y cómo esté por dentro, ¿sí?, es una operación riesgosa, porque él está así, pero vamos a hacer lo posible como siempre. —De nuevo ellas lloraban; yo solo me quedé mirando a Octavio, como si mis emociones se hubieran esfumado.
—Necesito que sean fuertes, ya que son el apoyo de Edward. ¿Me podrían dejar solo con él? —No me querían dejar, pero les dije que estaba bien que fueran un rato.Acercó la silla y se sentó a mi lado.
—Escúchame, Edward, hace mucho que nos conocemos, te aprecio mucho, y te voy a ser sincero, ahora que estamos solos. Necesito que hagas cosas que te faltan, que te arregles con las personas con las que estás peleado; esto es muy riesgoso. —Solo lo seguía mirando.
—Está bien, lo comprendo, honestamente ya lo sospechaba. ¿Este es el fin? —Él me miró sorprendido como nunca.
—Ni lo menciones, no lo digas, no voy a dejar que bajes los brazos; tienes que ser fuerte y salir. Yo qué sé, tú puedes, ya déjate de estupideces y habla con tu novio; tu madre me lo contó todo y me parece algo muy tonto de tu parte; te lo digo como amigo y como tu médico. Necesitas tu pilar para poder.Por favor —Me saludó y se fue.
La verdad, yo ya estaba desahuciado, ya me quería rendir, no lo aguantaba,recordé a Lucien; hacía mucho que no estaba en mi mente ,pensaba: "Lo voy a ver cuando yo también muera; le reclamaría muchas cosas",después me reía de lo que pensaba; era algo tonto.
Fui a mi última quimio, como si nada, mi mente en blanco y mi corazón pesado. Salí muy débil, también muy descompuesto,ese día dormí mucho. Después mi madre me dijo que en una semana sería la operación, que estaban haciendo todo el papeleo. Yo no tenía esperanzas. Llamé a mis alumnos, hablé con ellos, me despedí; lloraban mucho, me decían que rezaban por mí y que me iban a esperar ansiosos,yo solo les dije que está bien, que nos volveríamos a ver; ya no me podían visitar por mi condición. También llamé a Catherine; también lloró y le agradecí infinitamente por estar a mi lado siempre; es una buena amiga.
El día llegó; hasta ese momento yo nunca llamé a Alex, sabía algunas cosas sobre él que me comentaban, pero nada más. Mi corazón estaba ansioso por verlo, por sentir que él estaba para mí, a mi lado, pero no tenía el coraje de llamarlo. Empezaron a preparar todo, me despedí de mi madre y mi hermana, estaba todo listo, me iban llevando al quirófano y entonces se escuchaban gritos y gente hablando fuerte; una enfermera se acercó y me dijo:
—Alguien quiere verte, está desesperado. —No me di cuenta de que mis lágrimas caían, y asentí con la cabeza; poco a poco se iba acercando y fui sintiendo su presencia.
Lo miré, sus ojos me deslumbraron como la primera vez, mi corazón estaba como un loco, quería saltar sobre él, besarlo y abrazarlo. Me di cuenta de cuánto lo amaba y extrañaba, él tomó mis manos con mucho cuidado, se acercó y me dijo:
—Te voy a esperar aquí, te amo muchísimo y extraño cada parte de ti, eres todo —me besó la frente. Mientras me llevaban, no me quitaba la mirada de encima; yo también lo seguía mirando hasta que cerraron las puertas. Nuestra conexión era demasiado fuerte; solo ahora tenía las esperanzas de salir con vida de allí...