Edward

Capitulo 16– Seguridad

Me atemoriza demasiado pensar que soy tan posesivo con él; nunca fui así con Lucien; es algo que trato de controlar para no ahogarlo con mis dudas y temores. Esa noche, después de que hicimos el amor, me quedé pensando en eso. En la mañana me desperté mejor de lo que pensaba; a veces estaba todo adolorido porque Alex no se contenía. Lo molesté y lo besé hasta que él se despertó. Me levanté e hice lo cotidiano, me acomodé para salir a trabajar, y él recién salía de tomar un baño. Yo le dejé listo el desayuno, me despedí de él, me abrazó fuerte y me besó; le dije que se cuide, que lo vería en la noche, entonces salí.
Llegué a la escuela, entré a la sala de profesores y estaba Catherine a solas, entonces me senté para hablar con ella:
—Hola, amigo mío, ¿cómo estás?, ¿ya arreglaron las cosas con Alex? —Yo quería que ella me diera su opinión sobre eso.
—Hola, estoy bien.Sí, sí, nos arreglamos; él habló conmigo, además hablé con su compañero; es solo un niño de 20 años y me dijeron ambos que solo eran rumores. ¿Tú qué opinas? —Ella solo me miraba atenta.
—Mira, Edward, yo conozco a Alex, no demasiado, pero hablamos cuando tú estuviste internado y es un buen chico, te ama con locura, estuvo contigo todo ese tiempo, soportando todo y, a pesar de eso, sigue a tu lado. No seas tan inseguro.— Yo muy dentro de mí sabía que tenía que dejar esa inseguridad de lado.
—Está bien, yo sé que estoy mal pensando eso. Y lo tengo que superar, o se va a hartar de mis reclamos estúpidos. —Ella me miraba con compasión.
—Ay, amigo mío, ya no des vueltas, no tengas miedo a ser feliz. Yo sé que pasaron por mucho, pero se merecen estar bien. —Le tomé sus manos.
—Muchas gracias, eres la mejor siempre. Gracias por estar a mi lado y escucharme —apretó mis manos; la verdad es que me ayuda demasiado hablar con ella.
—No des las gracias, sabes que estoy siempre para ti, te adoro, eres mi amigo más preciado. —Hizo que me parara y me abrazó muy fuerte; su fortaleza me da agallas para enfrentar mis temores; no sé qué haría sin ella.
El resto del día siguió normal, puras risas y alegrías de mis alumnos; terminé mis horas. Todo el día pensé: "¿Qué le diría a Alex cuando llegue a casa?". No me había mandado mensajes, así que tuve tiempo de pensarlo bien.
Llegué y no estaba; cociné la cena, me bañé y me senté en mi estudio a organizar las cosas para el próximo día; también lo quería esperar para cenar con él y hablar. Después de unas horas, llegó; fui a recibirlo, estaba supercansado. Nos sentamos a comer y yo seguía pensando qué decirle.
—¿Cómo te fue hoy, cariño? —Como siempre, él habló primero.
—Muy bien, hoy puede hablar con Catherine porque llegamos temprano. —Estaba un poco nervioso.
—Qué bueno, ¿Ella está bien? .Sí, sí, te manda muchos saludos. También le conté lo que pasó; ella ya lo sabía por las noticias. —Se quedó mirándome.
—Todo el mundo lo vio, lo siento por eso. —Yo no quería que él se siguiera disculpando.
—Yo soy el que te quiere pedir disculpas, estuve mal por desconfiar de ti.Lo siento, te prometo que voy a cambiar y ya no voy a ser tan indeciso y desconfiado. —Me miró y sonrió.
—Está bien, cariño, yo sé cómo te sientes, te entiendo. Estuve contigo todo este tiempo y si puedes tener miedo y desconfiar, es lo normal. También sé que mi trabajo me toma muchas horas y tú te quedas solo; prometo reducirlo un poco así estemos juntos, ¿sí? —Se acercó, hizo que me pare y me abrazó.
—Sí, sí lo sé, Alex, te amo mucho, gracias por todo lo que haces por nosotros. —Me acerqué y lo besé...
Después de eso pasaron como tres meses, si mi memoria no me falla; no hablamos más del tema, todo marchaba muy bien. Él y yo trabajábamos mucho; solo nos veíamos en la noche para cenar, pero estábamos bien, que es lo que realmente importaba.
Mi madre me fue a visitar muchas veces con mi hermana; en su última visita me contaron que ella se estaba por casar, pero yo nunca conocí a su pareja. Me sentía culpable por eso, porque ella sabía todo sobre mí, así que les dije que vengan a cenar a mi casa; la semana siguiente fueron;Ese día estaba muy nervioso, parecía un adolescente; él trataba de calmarme, me ayudó a cocinar y acomodar nuestra casa.
Tocaron el timbre y envié a Alex a que abriera la puerta; él los recibió. Yo me fui corriendo al baño a arreglarme, no quería que nada se estropeara; entonces salí y lo saludé. Era un joven que, al verlo, me di cuenta de que estaba perdidamente enamorado de ella y eso me tranquilizó muchísimo.
Estaba muy feliz de que hicieran su vida y más por mi hermana, que siempre estaba pendiente de mí o de mi madre. Esa noche nos reímos mucho; yo le di la bienvenida a la familia y mi aprobación para que ellos se casen. Para mí era algo anticuado, pero ellos querían que yo lo haga, así que lo hice. Nos dieron las invitaciones; ya estaba todo listo y yo no sabía nada; eso me sorprendió, pero estaba muy feliz por ellos. Yo pensaba: "Yo también quisiera casarme con Alex". Lo miré con los ojos llenos de ilusión y me tomó la mano, como si supiera lo que yo estaba pensando; solo le sonreí...




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