Edward

Capitulo 17– ¿Cuánto tiempo dura nuestra felicidad?

Al fin llegó el día del casamiento; yo estaba tan nervioso como mi pobre hermana. Me pidió que la entregara en el altar, pero era demasiado para mí; estaba como loco. Alex venía a calmarme a cada rato; me deslumbraba cada vez que lo veía entrar. Estaba vestido de un traje blanco muy elegante, con su cabello rubio bien peinado y sus ojos celestes, también la hermosa sonrisa que hacía al verme. Pensaba: "¿Cómo puedo tener un novio tan hermoso?". Todavía no lo creía; ¿cómo alguien tan joven estaría conmigo?, algunas personas se le acercaban para pedirle autógrafos; él, muy contento, se los daba. También tenía mucha vergüenza; todavía no se acostumbraba a eso, pero era algo común; siempre le pasaba lo mismo. Yo le dije que no tenga vergüenza; tenía que estar muy feliz porque lo reconozcan por su trabajo; además, por toda la ciudad había carteles pegados de él; era imposible que no lo reconozcan.
Finalmente, la hora esperada llegó. Caminé junto a mi hermana; me temblaban las manos. La miré y ella estaba muy ruborizada, tenía mucha vergüenza. Le apreté la mano para que sepa que yo la estoy apoyando. Llegamos al altar y le dije a su novio que le entregaba lo más valioso que tenía en mi vida, una parte de mí, que la cuide mucho o se las vería conmigo. Con toda la confianza me dijo:
—Sí, es el amor de mi vida —y me hizo una mueca. Me paré al costado de él, miré a mi madre y lloraba mucho; me saludaba. Después vi toda la ceremonia; al final lloré, estaba muy feliz por ellos, todo salió super bien y hermoso; fue un casamiento lindo y sencillo.
En un momento, Alex me llevó a un lugar donde no había nadie, se arrodilló a mis pies; yo me quedé sin habla, todo ruborizado mirándolo, no podía creer lo que estaba pasando:
—Edward, te amo con todo mi corazón, eres mi mundo, quiero que estés a mi lado a pesar de todos los obstáculos que se nos presenten, te quiero dar este anillo para demostrarte que me entrego a ti para siempre. —Puso el anillo en mi dedo y besó mis manos; mis lágrimas rodaban por mi rostro, cerré mis ojos por un momento porque pensé que era un sueño; cuando los volví a abrir, lo miré, estaba sonriendo como nunca, entonces me agaché y lo abracé muy fuerte. Se paró conmigo en brazos y me besó.Lo miré y le dije:
—Te amo muchísimo, yo también me entrego a ti para siempre. —Besé de nuevo y lo abracé muy fuerte.Después de eso nos quedamos en la fiesta un tiempo más; todos miraban mi anillo y me felicitaban; yo todavía no lo creía. Después fuimos a casa; estábamos muy cansados, había sido un día muy largo y espléndido; solo nos bañamos juntos. Alex quería dormir, así que se durmió en mi pecho, mientras yo le tocaba su cabello; no sé en qué momento me quedé dormido.
Me desperté, y él ya estaba preparando el desayuno. Me levanté y lo fui a ver, lo abracé por atrás y le besé la espalda. Se dio la vuelta y me besó, y me dijo:
—Buenos días, esposo mío. —Me sonrojé por completo y me escondí en su espalda.Espere un momento a que se me pase la vergüenza y le contesté:
—Buenos días, mi querido esposo. —Nos reímos mucho, éramos tan felices.
Pasaron 4 meses, nuestras vidas eran muy tranquilas, nuestros horarios se acomodaron y por fin podíamos salir también a compartir cosas nuevas. Alex se había comprado una moto, así que salíamos a muchos lugares; también nos juntábamos a cenar con Catherine y también conocí a Tomás. Era un chico muy lindo y tímido; como él lo describió, al final nos hicimos amigos, así que nos veíamos a menudo para conversar.
Un día mi hermana me llamó llorando; yo me asusté mucho y le pregunté qué sucedía. Me dio una sorpresa, ¡estaba embarazada! Me alegró mucho saber que me convertiría en tío; la visitaba casi todos los días después del trabajo; también en algunas ocasiones la acompañaba al obstetra porque su marido trabajaba mucho. Por otro lado, mi madre salió de viaje a visitar a mis tías; ella necesitaba hacer su vida, ya que mi hermana y yo estábamos bien. Siempre hacíamos videollamada para hablar y saber de ella, también para que yo me quedara tranquilo. Todo iba muy bien , Alex cada vez se hacía más famoso. Yo estaba muy orgulloso de él; ya todos sabían de nuestra relación, pero él pidió en una conferencia de prensa que tomen distancia de mí, porque yo no era alguien de la industria. Fue un gran alivio porque no iba a tener problemas en mi trabajo; todo era color de rosa, éramos muy felices...
Mis ojos estaban pesados, no los podía abrir; era una sensación conocida. No sabía qué estaba sucediendo hasta que lo logré. Abrí mis ojos, miré mi cuerpo adolorido, pero no me veía muy bien. Mire hacia el costado y estaba Alex, todo vendado y lleno de cables. Quise hablar, también gritar, no podía, no salían mis palabras. Entonces me puse como un loco, me arranqué los cables y vinieron las enfermeras; solo recuerdo que ellas me decían que me calme y que me quede quieto. Me inyectaron algo y me fui durmiendo lentamente; solo recuerdo que estiré mi mano para tocarlo, pero no podía. Tengo miedo, miedo de perderte, miedo de despertar y que no estés aquí. ¿Que nos paso, que sucedió?...




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