Capítulo 3-A: Enfrentando a Karen

—Karen— digo con lágrimas en los ojos

—¿Qué quieres miedosa? — dice.

La tomo del cabello para luego meterle unos golpes en la cara mientas sus amigas solo nos alientan a golpearnos. Parece una pelea de gatas, pero nuestros compañeros nos separan. Uno de ellos trata de calmarme mientras lloro en su pecho, me da un pañuelo para arreglar mi maquillaje.

Después de ese extraño sueño. Me despierto en un cuarto que es diferente al mío y comienzo a ver qué demonios pasa, veo fotos mías con el sujeto que me ayudo con mi pelea con Karen.

—Mami— dice una voz de pequeño.

Un pequeño niño que se parece a mí me va abrazar y yo lo único que hago es quedarme pálida de qué demonios está pasando conmigo. Decido levantarme y correr abajo para encontrar respuestas. Estoy dentro de una casa enorme con una sirvienta y mi amigo sentado en la mesa.

—Estas bien, amor— dice.

— ¿Quién eres? — pregunto.

— Eres muy graciosa Nicole — responde.

— Soñé contigo — digo mientras me siento.

— Que lindo, igual que en la universidad — responde él.

— Recuerdas la pelea de Karen — digo.

— Si. Vaya han pasado años desde eso. Karen incluso quedo embarazada y trabaja en una farmacia mientras se jode su vida con sus tres hijos delincuentes— dice.

— En serio — exclamó.

— Si. Ella se lo buscó — digo.

Me recuerdo de ese amigo que me ayudo. Era el esposo de Karen. Alan era amigo de mi exnovio de universidad, pero Alan y Karen estaban casados viviendo felices en algún lugar del mundo.

Qué mierda me está pasando, yo no quería casame aún y menos con la persona inesperada. Esto tendrá que ver con lo ocurrido en el parque central.

—Amor, ¿Qué paso con nosotros? — digo.

El niño que me abrazó se sienta a la par mía.

—Bueno. Gracias a Karen pues nos conocimos y ella siempre le gusté, pero poco a poco te fui enamorando y poco a poco enfrentaste tus miedos mientras hacíamos nuestra carrera profesional. Te volviste una vocera profesional de diversas empresas y ahora tienes una familia— dice.

—¿Qué paso con Alex? — digo.

El nombre de mi ex de la universidad.

—Pues, desapareció de la nada y no sabemos nada más de él— responde.

Yo trato de calmarme un poco mientras mi cerebro reacciona a qué demonios está pasando. No creo que haya cambiado el pasado eso es imposible. Decido subir a mi cuarto y registrar mis cosas hasta encontrar mi álbum de recuerdos, pero es muy difícil encontrarlo porque si cambie el pasado entonces supongo que nunca hice lo que hice.

Al encontrar mí me acuesto en el sofá para pensar que todo fue una pesadilla. Al abrir los ojos me doy cuenta de que estoy en mi apartamento y sigo sin creer lo que me está pasando, siento que pude cambiar el pasado y no lo sabía.