Efecto Lazaro

Abeja gigante de Wallace

¿Hay animales que ven en blanco y negro?

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Ejemplar de abeja de Wallace (de nombre científico 'Megachile pluto') comparada con una abeja europea ('Apis mellifera') .

El naturalista, biólogo, explorador y geógrafo Alfred Russel Wallace (la persona que propuso la teoría de la evolución de las especies por selección natural de forma paralela a Charles Darwin), descubrió en 1859 en la isla de Bacan (Molucas, Indonesia) un ejemplar de abeja gigante desconocida hasta entonces por la comunidad científica.

El nombre científico asignado a esta nueva especie es Megachile pluto pero, en honor a su descubridor, sigue siendo denominada la abeja de Wallace; aunque también es conocida como el bulldog volador, atendiendo al aspecto de su cabeza y sobretodo a sus dimensiones gigantescas, en comparación con muchas otras especies de abejas.

Durante décadas, la abeja de Wallace siguió siendo un misterio y no fue hasta 1981 que se pudo documentar de nuevo la existencia de ejemplares vivos de esta especie.

Ahora, un equipo liderado por el fotógrafo naturalista Clay Bolt, el entomólogo Eli Wyman (Universidad de Princeton, Estados Unidos), el investigador Simon Robson (Universidad James Cook, Australia), el escritor Glen Chilton y diversos guías de Indonesia, ha conseguido observar, fotografiar y filmar diversos ejemplares de la abeja de Wallace en su medio natural.

Clay Bolt relata los detalles del “redescubrimiento” de la abeja de Wallace en un artículo divulgativo publicado el 21 de febrero en el blog de Global WildLife Conservation (no ha sido publicado hasta el momento ningún articulo científico sobre esta investigación).

Bolt recuerda en este apunte en internet la larga y compleja preparación del viaje a Indonesia y las dificultades para trabajar en la zona de selva tropical en la que Wallace descubrió a su abeja gigante hace más de 100 años.

Durante las primeras semanas de enero de este año, el equipo inspeccionó con detalle e insistencia diversos nidos de termitas y árboles en los que se sospechaba que vive el ‘buldog volador’ pero sólo pudieron localizar algunos ejemplares de otras especies de la familia Megachile.

Cuando parecía que la expedición acabaría en fracaso, un golpe de suerte cambio los acontecimientos.

La expedición de búsqueda de la abeja gigante estaba a punto de fracasar cuando se descubrió un nido del poco conocido insecto

Clay Bolt describe la aventura de su equipo de esta forma en el artículo divulgativo:

“Nos acercamos a un árbol podrido y le pregunté a Iswan [uno de los guías locales] si a él le importaría subir al árbol para echar un vistazo al interior. Mientras miraba dentro de uno de los agujeros, exclamó: “¡He visto algo que se movía!” Saltó hasta el suelo, por temor a que la criatura fuera una serpiente -su peor miedo-, y después de recuperar el aliento, dijo que parecía que el agujero estaba mojado y pegajoso por dentro. Eli [Wyman] y yo nos miramos con entusiasmo reservado. Eli trepó e inmediatamente se sintió seguro de que era un nido de abejas. La estructura era demasiado perfecta y similar a lo que esperábamos encontrar. Subí a continuación y la linterna de mi casco iluminó la cosa más extraordinaria en la que había puesto mis ojos. Simplemente no podía creerlo: Habíamos redescubierto la abeja gigante de Wallace”.

“Después bailar de alegría, fotografié a la abeja y grabé una prueba de video. Mi objetivo era ser la primera persona en hacer una foto de la abeja gigante de Wallace y yo había logrado ese objetivo. Eli, que había estado soñando con este día durante el doble de años que yo, había logrado su objetivo de ver en la naturaleza a una especie que casi nadie había visto antes. Estábamos eufóricos”.

La abeja Megachile Pluto vive en la región de las islas indonesias de Molucas del Norte, hace su nido en árboles y montículos de termitas, utilizando sus grandes mandíbulas con forma de colmillo para recolectar resina pegajosa para proteger su hogar de las termitas.

La Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN sitúa a esta abeja como especie “vulnerable” pero hasta ahora existen pocos datos sobre las dimensiones de sus poblaciones y muchos de los datos conocidos corresponden a ejemplares conservados en museos o colecciones privadas.

“Espero que este redescubrimiento genere investigaciones futuras que nos brinden una comprensión más profunda de la historia de vida de esta abeja única e informen cualquier esfuerzo futuro para protegerlo de la extinción”, dijo Eli Wyman, entomólogo de la Universidad de Princeton en declaraciones difundidas por Afp.

 




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