¡Funcionó! Miró la fecha en su teléfono celular, era 8 de marzo de 2015, justo el día en que todo comenzaría. Rio de sí mismo, ya no recordaba esa ridícula pijama de Star Wars ni los afiches de Interestelar y Spiderman en su armario. Se apresuró a cambiarse y prepararse para ir al laboratorio de física, lugar donde la conoció.
Se sentía realmente ansioso, su estómago era como un mariposario que lo tenía incluso con náuseas. Al fin dieron las 2 de la tarde y la vio entrando, buscándolo con la mirada. No pudo evitar sonreír, ya no recordaba ese look en ella, algo descuidada, en esos días ella no acostumbraba a ocupar mucho en su apariencia, llevaba su cabellera roja e hirsuta cayendo como cortina enmarcando su pálido rostro sin maquillaje.
—Era hermosa aun entonces —se dijo sorprendiéndose a sí mismo.
—Perdona, eres Jamie, ¿verdad? —Sandy se acercó con su cálida y sencilla sonrisa.
—Sí, ¿y tú quién eres? —después de todo, él debía fingir no conocerla.
—Me llamo Sandra, pero puedes llamarme Sandy. ¿Tienes un momento? Hay una propuesta que quiero hacerte.
Todo fue igual que la primera vez, ella le mencionó haberlo visto en un concurso de ciencias y le pidió ayuda para un proyecto que tenía en mente, crear un cortometraje basado en un sueño que ella tuvo en su infancia. Su meta era entrar en el festival nacional de cortometrajes que se llevaría a cabo en 2017, meta que en su momento ella no pudo ver realizado, pero era justo que Jamie quería cambiar.
Le habló de su idea con su voz ruidosa y ese espíritu entusiasta que, en la vez anterior, tras algunos meses rogándole, al fin lo convenció. Ese fue el primer cambio que pensaba hacer, no la haría esperar esos meses, aceptaría justo en ese mismo momento para evitar toda pérdida de tiempo.
—¿Se puede saber de qué trata ese sueño que tanto mencionas? —fue algo que la vez anterior no preguntó de inmediato ya que no le interesaba, pero en esa nueva oportunidad, quería tener todo en el menor tiempo posible.
—Fue un sueño que tuve a los 10 años: estaba en un bosque junto con seres pequeños parecidos a los duendes, ellos estaban siendo acosados por una bestia en forma de lobo y yo logré tenderle una trampa. No recuerdo bien cómo la ingenié, pero sé que yo le ofrecí una magia muy poderosa a la bestia y, a cambio, le hice jurar que jamás lastimaría a nadie. En mi sueño yo sabía que él rompería ese juramento y al romperlo, la magia que puse en él lo mataría al instante, pero en ese momento desperté y ya no supe qué más pasó. Desde aquel día tengo la intención de convertir eso en una historia completa.
Jamie esta vez se mostró interesado desde el primero momento, de hecho, estaba muy entusiasmado por la idea de no sólo lograr terminarlo a tiempo, sino de hacerlo mejor para que el cortometraje resultara en un reconocimiento en el festival.
Sandy estaba más que entusiasmada, la forma en como sonreía le hizo sentir que ya había logrado ese primer cambio. Lo que seguía era elegir al guionista así que Jamie le ayudó a hacer una lista de los estudiantes con alguna experiencia como escritores.
Encabezando esa lista estaba Loreen Rivers, una estudiante de ingeniería química que siendo una niña obtuvo un reconocimiento por ser la mujer más joven en ganar un premio internacional de novela. Jamie conocía a Loreen y no era muy de su agrado, en su rostro se podía notar que era una persona agresiva y controladora, por eso la eliminó en esa primera línea de tiempo.
El segundo era George McKinsey, al que eligieron la primera vez, George era elocuente y muy bueno haciendo redacciones, pero muy tarde se dieron cuenta de que no importaba que tuviera el don de la palabra, ese muchacho no tenía ni pizca de interés en los temas de ficción y, por lo mismo, su guion resultó un fiasco, así que esta vez lo rechazó de inmediato justamente argumentando que necesitaban un amante de la ficción y la fantasía. Había otros candidatos, pero por mucho que intentó disuadir a Sandy, terminó aceptando que la mejor opción era Loreen. De todos en esa lista era la única que había escrito varias novelas y todas ellas centradas en la fantasía.
Al revisar más del currículum de esta nueva guionista, Jamie encontró que Loreen era una chica realmente notable: estudiante en la facultad de ciencias, miembro del club de debate y campeona en el club de natación, y, por si fuera poco, con tanto ingenio que a su corta edad había escrito ya 15 novelas. No negaba que con ese currículum llamó mucho más su atención, pero la recordaba en una clase del tronco común: mandona, buscando el protagonismo en todo y siempre con ese gesto de que todo le molesta. Quizá debido a su mal carácter nunca se le veía con amigos y aunque era hermosa, ningún hombre parecía tener el valor de acercarse a ella
Fueron a buscarla cuando salía de su práctica de natación y, en cuanto Sandy le contó de su sueño, Loreen se quedó pensando por unos segundos con el ceño fruncido y un gesto de enojo, algo que hizo que Jamie se pusiera a la defensiva, pero, para su sorpresa, ella sonrió repentinamente, asintiendo y comenzó a hablar de la propuesta.
—Se me ocurre que tu sueño encajaría justamente para el clímax de la trama. Puede ser un mundo donde esos seres tienen una guerra en contra de bestias, puede no ser sólo el lobo, que sea toda una raza de animales de presa y que el lobo sea uno de los más peligrosos. La mujer que dices que eras tú puede ser una hechicera, una que al final tiende una trampa en la que engaña al lobo, lo obliga a hacer un pacto que lo llevará a la muerte en el momento en el que él lastime a un solo ser vivo. Entonces ella se deja a sí misma vulnerable, sabiendo que el lobo no resistirá la tentación de devorarla y así, ella sacrificará su vida para salvar al pueblo. Habría que buscar cómo darle drama y sentido a ese sacrificio para que no parezca trillado.