Efectos especiales

El nuevo equipo

Entre Loreen, Jamie y Sandy decidieron invitar a Grant a cenar, la culpa los obligaba a hacerlo. Jamie quiso acorralar a Loreen para que aceptara que, accidentalmente o no, ella había roto el telescopio de Grant, pero cuando vio que ella no cooperaría, pensó que lo mejor era olvidarlo por el momento, sin embargo, el comportamiento de Loreen indicaba que se sentía más culpable que los demás.

—Me siento muy mal por lo que pasó, Grant —Loreen habló con un gesto de culpa en su rostro—, el trabajo por el que soñabas…

—No me hagas pensar más en eso —Grant le dio un sorbo a su cerveza—, ya no tiene ningún caso.

—¿Por qué te interesaste en la astronomía, Grant? —preguntó Sandy.

—Desde niño me han gustado las películas de ficción y los temas que tienen que ver con el espacio son mis favoritos. Nunca me inculcaron una religión, por lo mismo no soy creyente, pero a veces me pregunto si nuestra energía realmente se pierde, se preserva o si quizá evoluciona. —Grant esbozó una sonrisa chueca—. Los conspiranóicos dicen que la Nasa oculta muchas verdades del universo y pues… en cuanto escuché de algunas de ellas, mi meta fue pertenecer a la Nasa para que, si eso es cierto, ser parte de los pocos que conocen esos secretos.

—¿No crees en un dios, pero sí en la posibilidad de que nuestra energía se preserve? —preguntó Loreen.

—Después de conocer todo lo que conozco de astrofísica —respondió Grant—, me cuesta creer que una deidad lo creó todo. ¿Qué hay de ti? ¿Crees en algo?

—Soy agnóstica —respondió Loreen—, aunque más inclinada al ateísmo. Mi abuela me obligaba a leer la biblia y mientras más la leía más me daba cuenta de la cantidad de violencia, misoginia, mentiras y contradicciones que hay en ella. Me cuesta también creer en la existencia de un dios, aunque soy abierta a ciertas ideas ya que es algo que no se ha comprobado, ni de existencia ni de inexistencia. Pero eso sí, no me convencerás nunca de que una religión tiene la verdad absoluta.

—¿Qué hay de ti, Sandy? —preguntó Grant.

—Mi peor temor es que dios exista y sea tal cual lo pintan en la biblia —Sandy habló con un gesto de amargura que hizo que Jamie sintiera un vuelco en el estómago—, porque querría decir que estamos a merced de una entidad bipolar, irascible y muy caprichosa.

Todos se enfrascaron en el tema de las creencias y, mientras más escucha hablar a Sandy, a Jamie se le hacía más evidente que ella se siente muy enfadada con la idea de que alguna deidad exista y podía sospechar que tenía que ver con su condición cardíaca. Era algo que nunca habló con ella pues después de su ingreso al hospital, sólo tuvo un par de charlas con ella antes de que muriera. No podía decirle que sabía de su condición, pero en cuanto tocaron el tema de la posibilidad de una vida después de la vida, encontró un recoveco para decirle algo que la alentara.

—No sé si hay una vida o no después de esta —intervino Jamie—, pero ¿para qué esperarlo? Lo mejor es vivir esta al máximo, así que, en lo que a mí concierne, me esforzaré para que Sandy tenga el éxito de ver su película terminada a tiempo para el festival.

—Tienes razón —Grant sonrió—, no veré mi sueño de conocer los secretos de la NASA, pero si logro que tu película entre en el festival a tiempo, me daré por bien servido.

—Por el cortometraje de Sandy —Loreen levantó su cerveza, por primera vez, Jamie veía una sonrisa auténtica en ella.

—¡Por Sandy! —respondió Jamie y todos chocaron sus botellas para brindar.

El equipo comenzó de lleno con el trabajo inicial. A Loreen le llevó sólo un par de semanas terminar con el guion completo y, para sorpresa de Jamie, había agregado todas las ideas de Grant, es más, reconoció abiertamente que, sin sus aportaciones, no habría logrado un guion tan completo en tan poco tiempo. Pero no fue suficiente para que Jamie la perdonara, pensó que podría ser su retorcida forma de compensar lo que hizo con el telescopio. No resistió la tentación de ponerla en evidencia ante el grupo.

—Me sorprende que integraras las ideas de Grant, después de todo, se notaba que estabas más que enfadada de que él interviniera y ganara notoriedad.

—¿Cuándo en la vida me enojé por eso? —reclamó Loreen.

—¡Vamos Loreen! Era evidente, mientras Grant te daba ideas tú tenías una cara…

—Que tenga cara de perro no significa que muerda —ella habló en tono mordaz—. Ahora vamos a lo interesante, ¿les gusta o no el guion?

Jamie tuvo que admitir que el guion fue más genial de lo que hubiera esperado. Centraron la historia en una luna distante, un lugar habitado por dos diferentes razas humanoides, una raza pequeña de sabios y una raza de hechiceros, todo en un lugar acosado por bestias de humo con formas de animales feroces que buscan poseer un cuerpo sólido para cobrar poder y dominar la galaxia. Los protagonistas son un guerrero que lucha contra estas bestias y una hechicera que sacrificará su vida para vencer a la más terrible de esas criaturas.

Loreen terminó su participación y se suponía que debía dejar el grupo, pero hubo otro cambio imprevisto que no le agradó a Jamie, tanto Sandy como Grant afianzaron una estrecha relación de amistad con Loreen y, de un modo u otro, hicieron que permaneciera en el equipo. Aun con todo lo que ella le desagradaba, Jamie aceptó que fue algo positivo, tanto ella como Grant hacían cambios repentinos que mejoraban más la historia y, con sus conocimientos de química, lo apoyó con ideas que mejoraron todavía más los efectos especiales.




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