Efectos especiales

El día fatídico

El trabajo de filmación se dio por terminado y el equipo dedicó los últimos meses únicamente a la edición. Entre Jamie y Grant lograron un gran trabajo con la animación por computadora, haciendo a los monstruos muy reales. Para esos días, Sandy tuvo la idea de agregar alguna escena final en donde se viera a la hechicera cruzar al más allá después de su muerte, así que Loreen se dedicó a buscar videos de personas con experiencias cercanas a la muerte para darse ideas y entre las dos lograron un clímax realmente emotivo.

Terminaron muy a tiempo y en seguida lo inscribieron en el festival de cortometrajes, esperando que los jueces dieran el veredicto.

Estaban tan contentos y animados que Jamie no tomó en cuenta que se acercaba la fecha en la que Sandy falleció, ni siquiera pensaba ya en ello, pero justo en la misma fecha, él recibió la llamada que lo devolvió a esa realidad, Sandy tuvo un conato de infarto y estaba internada en el hospital.

Fue a visitarla y el escenario no era nada alentador, fue exactamente igual que en la primera línea de tiempo, en la misma fecha, a la misma hora; no importó que en esa ocasión Sandy no se viera tan estresada, era como si su corazón estuviera programado para fallar en ese justo momento. Al verla en la cama, llena de sondas y con el rostro pálido, tuvo que tomar fuerzas para que ella no lo viera alterado. No sabía qué hacer para cambiar lo que estaba por suceder, su idea original era que Sandy viera su película terminada y lo logró, pero ya no era suficiente, deseaba que al menos sobreviviera unos meses más para verla proyectada en el festival, pero, así como iban las cosas, sabía que sería imposible.

—La buena noticia —dijo Sandy con voz cansina— es que al fin me pusieron en lista de espera para la donación de órganos. La mala noticia es que es urgente, si no me realizan el trasplante mi hechicera se quedará sin magia y… no habrá pueblo qué salvar.

—No digas eso —Jamie sentía que se desgarraba por dentro—, tu hechicera es más fuerte de lo que creías, estoy seguro de que está lista para sacrificarse y salvar a los demás. —Él le daba ánimos, pero sabía perfectamente que ese donador no llegaría. Aún así, la visitó día con día durante esa semana que le quedaba de vida.

Al fin llegó el fatídico día y desde que la vio supo que era el momento, sus labios ligeramente amoratados, ella más cansada que nunca. No había de otra, era cuestión sólo de esperar el momento. Con el corazón en un hilo permaneció con ella hasta que, a las 3:15 de la tarde, igual que en la primera vez, sus ojos se desorbitaron por el miedo, y ahora hubo un cambio que le rompió más el corazón a Jamie.

—Jamie… mi hechicera… ¡No quiero irme, Jamie! ¡No estoy lista! —la primera vez ella sólo le dijo que sentía que estaba muriendo, pero esta vez expresó su deseo por vivir y eso fue todavía más doloroso. Desesperado, Jamie salió a buscar a un médico como la vez pasada.

—¿Jamie? —Grant y Loreen estaban en el pasillo, en camino a ir con Sandy.

—¡Se está muriendo! —dijo Jamie con voz desgarradora—. ¡Tengo que buscar ayuda!

Vio a Loreen correr hacia la habitación de Sandy, él fue a dar aviso de lo que pasaba, pero esta vez no quiso regresar, no podía volver a ver a los médicos aplicando choques eléctricos a su pecho, no quería esperar de nuevo en vano por un milagro que sabía que no llegaría. Simplemente se echó a correr fuera del hospital y se sentó en una banca en donde lloró amargamente.

Se sentía defraudado, había logrado cambiar tantas cosas que por un momento pensó que podría cambiar también el destino final de Sandy. Su mente daba vueltas en una idea tras otra, quizá acercarse desde ya al doctor Phillips para regresar de nuevo y encontrar el modo de que ella entrara en la lista de donaciones con suficiente anticipación, pero la idea de no lograrlo y verla morir una tercera vez era aterradora.

Minutos después vio a Grant con un gesto sombrío salir del edificio. Se acercó a él y Jamie sólo dejó la mirada fija en el suelo, esperando que le corroboraran lo que sucedió. Grant se sentó en la banca a un lado de él y exhaló con fuerza. 

—Ya la estabilizaron. —Jamie abrió mucho sus ojos al escuchar eso. 

—¿Qué dijiste?

—No tengo los detalles, sólo sé que de momento no podemos verla, la pasaron a terapia intensiva. Loreen está en este momento hablando con sus padres, cambiarán su prioridad en la lista de donaciones y ellos deben venir a firmar.

—Entonces… ¿Sandy sobrevivió? —Jamie no podía creer lo que escuchaba.

—Sí, amigo —Grant volvió a suspirar aliviado—. Nos dio un buen susto, pero… yo espero que sea para bien, cambiarán la prioridad así que… ella estará bien, quizá consiga donador tan pronto que en unos meses estará lista para asistir al festival.

Jamie no podía creer lo que escuchaba. Todo había pasado igual desde su recaída, ¿qué fue lo que cambió? Como sea, algo había sido diferente y tenía que entender qué fue por si acaso tuviera que regresar una segunda vez.

Pero el cambio fue mayor de lo que hubiera imaginado, no era solamente que sobreviviera, sino que tuvo una mejoría tan drástica que en menos de una semana fue dada de alta. Su corazón estaba en tan buen estado que incluso la quitaron de la lista de trasplantes.

Jamie no confiaba, estaba muy atento a ella, procuraba que no se estresara ni cansara en absoluto, tomó las riendas con la agenda del festival y se dedicó por completo a ayudarla con la terapia y su alimentación.




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