Efímero

IX

Planes en marcha. 

☘️ Henry Miller ☘️

Al bajar del auto, lo primero que visualizo es una Begonia que a lo que alcanzó a observar no se encuentra nada bien. Aceleró mi paso para llegar a su lado, cuando estoy por llegar sus piernas comienzan a debilitarse. Corro hacia ella. 

— ¡Julie! —le grito, alcanzó a tomarla en brazos antes de que caiga al suelo. 

—Súbela al auto, debemos llevarla a un hospital. —comenta inmediatamente Emmet. 

La llevo hasta el auto y la recuesto en los asientos traseros, Emmet se sube de lado del copiloto y, comienzo a manejar. No pasa mucho tiempo cuando Begonia abre los ojos. Me relajo. 

— ¿A dónde vamos? —cuestiona con voz muy baja. 

—Al hospital —respondo fríamente.  

— ¿Qué? ¿Cómo? —cuestiona con dificultad. 

—Como oíste Julietita, —tenso mis músculos al escuchar ese absurdo Julietita— te acabas de desmayar, ¿crees que te dejaremos, así como así? Pues no. 

—No es necesario, solo necesito comer un poco y descansar. 

—Estás toda pálida Julietita, no podemos dejarlo pasar. 

—Esto no se solucionará con una visita al doctor Emmet, no estoy enferma, solo necesito un respiro, tengo que asimilar mucha información... —su voz comienza a escucharse entrecortada. 

— ¿Qué hacías en la bodega? —cuestiono con voz severa. 

—Owen quería hablar conmigo, así que vine. Mejor dicho, John me trajo.  

John, vaya. Ahora tengo que hablar con el seriamente. Por qué la anda exponiendo al peligro. 

— ¿Para qué te querían? 

—Para hacerme la vida más miserable. 

— ¿Qué sucede Juls? Puedes contarme lo que pasa. 

—Sabes que es lo que pasa, Emmet. —suelta con voz gélida— Lo que pasa es que me acabo de enterar que al amor de mi vida lo mataron, ¡Lo mataron unos hijos de pu...! No, sus madres no tienes la culpa de tenerlos como hijos. Y.… y yo, yo no sabía quién era realmente, estaba enamorada de una persona que no conocía en realidad... ¡El amor de mi vida...era un extraño para mí! 

—Julietita... 

—Sabes que es lo que más me duele. —Emmet niega con su mano y, yo solo puedo escucharla atentamente mientras manejo— Que no sé si realmente él me amaba, o solo era una mentira como las demás. 

Su voz comienza a oírse quebrada, de reojo la miro, observo como por sus mejillas comienzan a caer lágrimas, y me jode mirarla así. Débil

—Raúl era todo lo que tenía en mi vida, lo amaba profundamente, me hacía la chica más feliz del mundo ¡A base de mentiras! Me hizo feliz con mentiras... Lo amaba como no tienes idea, era todo para mí, teníamos tantos sueños y metas por cumplir... Y me dejó sola. No fue por un maldito accidente automovilístico. Joder. Lo mataron, me lo mataron, no sé quién, y me niego a creer por qué... Raúl, él... No era malo, yo sé que él no era de esa gente, estoy segura que él no era lo que Owen me dice, pase dos años a su lado. Él no era lo que dice el imbécil de Owen... 

—Tal vez... —intenta hablar Emmet. 

Uno nunca acaba de conocer a las personas, ese imbécil no se merecía a Begonia

—Nunca le dije que lo amaba, nunca se lo dije... Y lo último que escuche de él fue un te amo, el cual no sé si era honesto, verdadero. Me quedé con las ganas de decirle que lo amaba, porque lo hacía realmente lo hacía. Era todo lo que tenía en mi vida, estoy sola. Completamente sola. 

—Tienes a tu familia, me tienes a mi... 

—Mi familia... Yo no tengo familia, nunca la he tenido, cuando... Cuando conocí a Raúl me sentí tan bien al ser por primera vez "importante" para alguien, ser la primera opción para alguien, como diría Paulo Londra ser el plan A, realmente me sentía feliz... Raúl me hacía sentir así, ser primordial para él, en toda mi jodida vida he sido la última opción, en cambio para él no lo fui. Nunca fue así. O al menos eso creía hasta ahora. —suspira— Raúl era único... el único que lograba hacerme feliz... 

—Creo que debes relajarte Julietita —habla con voz calmando Emmet 

—Me lo mataron —lo dice en un susurro— ¡Me lo mataron! ¡Unos hijos de pu... me lo mataron! Te juro que voy a encontrar a esos desgraciados, y los haré sufrir... 

—No digas eso, no harás tal cosa... 

—Lo haré, Emmet —responde con voz firme— Lo haré, porque me quitaron lo que más amaba en esta vida, porque me desgraciaron la existencia, porque me hicieron sufrir... No tienes idea de las noches que pase en vela, sin poder dormir... No podía asimilar que él ya no estaba y no volvería, me lo mataron —comienza a llorar y me jode muchísimo verla tan vulnerable. Y por culpa de un imbécil que ya está muerto

Emmet intenta consolarla, y yo solo puedo mirarla, ver cómo sufre como llora, sin poder hacer nada. Su mirada demuestra rencor, dolor y decepción. Y agradezco que Emmet este aquí, porque yo no siquiera podría acercarme a abrazarla. 

—Déjenme frente al cementerio, por favor. —pide en voz baja. 

Yo solo volteo a mirar a Emmet, asiente con su cabeza, manejo hacia el cementerio. 

—Emmet, —pronuncia con un tono más calmado— cuando encuentres a la persona que realmente te haga feliz, que te procure, que piense en ti al igual que tú pienses en ella, que te haga suspirar, reír, llorar, y sobre todo que te ayude a cumplir metas, que te acompañe al igual que tú la acompañes a cumplir cada una de ellas, que celebren sus logros mutuamente, no retengas tus sentimientos, jamás lo hagas, dile todas las veces necesarias que la amas. —suspira— Yo no lo hice, siempre le dije que lo quería, pero jamás, jamás, le dije lo mucho que lo amaba. Y no tienes idea de lo mucho que me arrepiento. 

—Lo haré —se limita a responder. 

—Se que Raúl no fue capaz de semejantes acciones que Owen menciona de él, lo conocía tan bien. Me jode pensar que Raúl era alguien totalmente extraño para mí... Él no sería capaz, era la mejor persona que existía en este mundo. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.