Efímero

XIII

Café helado. 

🌺 Julie Lewis 🌺

—No hay nada aquí, Owen. Creo que ya fue suficiente por hoy. —menciono bostezando 

—Si, ya fue mucho por hoy. Te llevo a tu departamento y mañana seguimos buscando. 

Salimos del departamento que antes era mío y de Raúl, subo al auto, Owen comienza a manejar hasta llegar a mi departamento. El transcurso del camino es total silencio ambos estamos cansados de buscar y buscar sin hallar nada que le sirva como pista. 

—Listo, muñequita. Llegamos. Mañana paso por ti en la salida de tu turno. —salgo del auto y antes de cerrar la puerta habla de nuevo— ¡Ah! Habla con tu noviecito, no se vaya a poner celoso o piense que lo estás traicionando 

—Buenas noches, Owen. —cierro la puerta y camino hacia el edificio, me adentro al elevador. 

Podría hablarle a Henry y explicarle las cosas. No. No tengo que darle explicaciones, pero no quiero que piense mal de mí. Saco de mi bolso mi celular y busco su número. ¿Qué estoy haciendo? Le marco o no le marco. Mis manos tiemblan. Y cuando el elevador llega a mi piso pulso su número. 

Me llevo el celular al oído, pasa un tono, dos tonos, tres y cuando estoy a punto de colgar escucho su voz ronca. 

Sea quien sea, ¿Tienes idea de la hora que es? La gente duerme. Joder. 

—Lo siento, perdón por la hora te... —me interrumpe. 

Begonia ¿Eres tú? —Begonia...estaba esperando la llamada de otra persona, una sensación que hace mucho no sentía vuelve a mí. 

—No...no soy Begonia. Lo sien...to por despertarte. Sigue durmiendo...Henry. 

¡Oh! Julie —sin más cuelgo. 

Sin ganas de nada, apago mi celular y camino hasta llegar a mi departamento, cierro la puerta y me tiro en la cama. 

Pasan los minutos y estoy a punto de caer en los brazos de Morfeo cuando escucho el timbre, ¿Quién diablos es a esta hora? Con toda la pereza del mundo camino hacia la puerta y al abrirla me encuentro con... 

— ¿Estás bien? — pregunta inmediatamente, intento enfocar mi vista en él. Tallo mis ojos para asegurarme que esto es real. No estoy soñando. Es él. 

—Ejm, sí. ¿Qué haces aquí? ¿A esta hora? —no lo entiendo. 

—Me marcaste, y luego colgaste. Te marqué varias veces, pero no respondiste así que me preocupé y vine a tu departamento. 

Bueno él estaba esperando la llamada de alguien más, no se lo diré porque pensará que es un reproche, y pues no lo es. 

— ¿Eso hiciste por una llamada? —pregunto adormilada 

—No, eso hice por tu llamada. —eso hace que me despierte por completo. 

— ¡Oh! Pasa, pasa. Lo siento mucho, solo quería... —¿Qué quería? Darle una explicación— bueno da igual no era nada importante. En serio lo siento mucho, perdón por marcarte a esa hora y por despertarte...y por.... No era mi intención, lo siento nuevamente. 

—Tranquila, no hay problema. Solo dime la razón por la que llamaste y listo. —entra, cierro la puerta nos dirijamos al sofá, y nos sentamos. 

—No, para nada. ¿Quieres un café o algo? ¿Café helado? 

— ¿Café helado a esta hora? ¿Quién toma café helado a esta hora? —menciona con tono burlón 

— ¡Oh! Bueno...muchas personas —menciona mirando a otro lado. 

—Pues no creo...lo dudo, esa gente es muy... —de inmediato lo miro a los ojos y levanto una ceja esperando a que termine de hablar. 

—Muy ¿Qué? —pregunto secamente 

— ¿Tu? En serio...no lo puedo creer, ¿Te gusta el café helado a esta hora? 

—A cualquier hora. Para ser exactos. 

—Una disculpa. No sabía que te molestarías por eso. Bueno... —lo interrumpo 

—Entonces... ¿Quieres un café o no? 

—No, gracias. Estoy bien —suspira— Como todo está bien, en especial tú estás bien, creo que es hora de irme. —irse ¿Por qué? 

—Es muy tarde para manejar, ¿No crees? —digo sin pensar ¿Por qué lo dije? 

—Hace diez minutos maneje de mi casa hasta aquí, no es tan tarde. —bueno es que este tipo no capta indirectas. 

—No, me quedaré preocupada por ti. Mejor quédate. —suelto rápidamente. No sé cuál es la razón, pero quiero estar más tiempo con él. 

—No quiero ser una molestia. —lo miro con una ceja enarcada. 

—No eres una molestia para mí, quédate y te vas antes de ir a la universidad. A parte viniste hasta aquí, por...por mí. Y no puedo dejar que te vayas. 

— ¿Estás segura? —pregunta incrédulo, bueno la verdad no, pero quiero tenerlo cerca más tiempo. 

—Si, te traigo unas cobijas o prefieres dormir en mi cama. 

—No suelo dormir en sofás, me es imposible hacerlo así decido dormir en tu cama. Aunque no creas que te echaré de ella — ¿Qué? ¿Cómo? — Vamos a tu habitación solo serán un par de horas. 

Me levanto del sofá y lo observo con atención, solo trae consigo una camiseta y un pantalón suelto. Su cabello está revuelto. Y viene ¿Descalzo? ¿En serio? 

—Bien, vamos. —me incita a seguirlo, caminamos a mi habitación. 

— ¿Juntos? Dormiremos juntos...en la misma cama...Imposible. 

—Si, juntos. Juntitos. No haré nada que no quieras obviamente. 

Llegamos hasta mi habitación, él se dispone a quitarse su camiseta y su pantalón suelto. ¿Qué? ¿Cómo por qué? ¡Oh no! Dios protege me de este ser. 

—No suelo dormir con ropa. No me gusta. Espero y no te moleste que duerma así. —comenta recostando se en la cama— ¿De qué lado duermes? ¿Izquierdo? —niego con la cabeza— ¿Derecho? —vuelvo a negar— ¡Oh! ¿Quieres dormir encima de mí? Si es así no hay ningún problema —¿Cómo? Podría aprovechar esta situación. Vuelvo a negar. — No me molestaría en lo absoluto, tal vez, sería una posición muy cómoda para dormir. ¿No crees? 

—Suelo dormir justo en medio de la cama, extenderme en ella, girar hasta dormir disfrutar de la cama, sin embargo, hoy dormiré del lado derecho. 




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