Primeras veces
🌺 Julie Lewis 🌺
Han pasado ya dos semanas desde que comencé a tener algo con Henry y me siento feliz y tranquila. Hace más de una semana que Owen y yo no nos vemos la última vez nos encontramos el encontró algo que parecía darle una pista, dijo que me llamaría en cuanto le diera algo importante o descubriera algo de ayuda. Aún no lo ha hecho.
Me encuentro en la entrada de la universidad esperando a Xan, hace varios días no hemos podido quedar para charlar siempre tiene algo que hacer y yo siempre tengo algo que hacer. Ahora reparto mi tiempo en la universidad trabajo y en Henry.
Al verlo entra, alzo mi mano y lo saludo. Él me sonríe y se acerca.
—¿Qué tal? —me deja un beso en la mejilla y nos encaminamos a clases.
—Todo bien. Quiero contarte algo Xan. —le digo retorciendo mis dedos.
—Dime, soy todo oídos.
—Estoy, estoy saliendo con Henry. —suelto y se detiene inmediatamente. Voltea a mírame con enojo.
—Mierda. —me grita— Julie, ¿En qué mierda estabas pensando?
—Tranquilo —digo intentado que se calme y baje la voz, pero no me hace caso.
—Eres estúpida Julie. No lo puedo creer, en tantos hombres que te puedes fijar y vas y te fijas en ese imbécil —se acerca a mi aun gritando— ¿Qué es lo que quieres con él? Llevártelo a la cama, o que te dé dinero he. Dime, quieres ser su put...
No termina la frase porque llega Henry y le da un golpe en la mandíbula.
—Te prohíbo que le hables así, estúpido de mierda. Vete de aquí antes de que te parta la cara —le escupe y yo solo puedo sentir un nudo en la garganta. Jamás me había hablado así. Jamás.
Xander se va y me quedo a un lado de Henry, sin poder asimilar las cosas, Xander me grito, y me llamo....
—Ven. —me jala hacia él y me abraza— No le hagas caso es un imbécil. No tiene derecho a llamarte así y tampoco a alzarte la voz.
—Nunca...nunca me había gritado. Xan nunca lo había hecho. —susurro en su pecho.
—Te llevaré a clases. ¿Bien? —yo solo asiento.
Caminamos hasta llegar al aula en que toca mi primera clase. Henry se aparta de mí y me da un beso en la frente.
—Nos vemos al rato, Julie.
—Te quiero. —le digo antes de que se vaya, él me sonríe y se va.
Las horas pasan y no veo a Xander, aún no puedo creer que él...ese no era el Xander que conozco. Salgo de mi última clase y me encuentro a John esperándome.
—Soy un estúpido mandadero lo sabias. —comenta poniéndose de pie y caminando a mi lado— Henry me ha mandado a decirte que se ha tenido que ir por cuestiones de trabajo ya sabes ¿No?
—Si. Lo sé. Pero eso me lo puedo haber dicho por un mensaje.
—Lo sé, lo mismo le dije, pero es un terco. Así que aquí estoy. También ha dicho que vayas más tarde a la casa.
En el tiempo que hemos pasado Henry me ha llevado a su casa, en la cual también ven todo eso de los negocios en los cuales trato de no escuchar.
—Aja. —menciono deteniéndome en la entrada— No solo por eso estás aquí. Suéltalo —lo miro cruzando los brazos. John suelta un suspiro.
—Siempre te das cuenta de las cosas. Me caes mal por eso. Estoy aquí porque me ha dicho que no me aleje de ti para que el imbécil de tu amigo no se acerque a ti.
—Ni siquiera lo he visto, dile que este tranquilo. Iré a trabajar y luego lo veo allá.
Me despido de él sin dejar que hable y sigo con mi rutina de siempre. Llego al trabajo y me concentro en atender mesas y las horas se me pasan rápido, de hecho, siempre que sé que voy a ver a Henry se pasan volando.
Al darme cuenta ya es mi hora de salida. Me despido de Alex y salgo. Emmet me está esperando a fuera, lo saludo y nos subimos.
—Henry te ha mandado para asegurase que Xander no esté aquí ¿Cierto? —comiza a manejar y suelta una sonrisa
—Cierto. Sabes cómo es él. Quiere asegurase que este bien ¿Sabes? Nunca lo había visto tan contento. En el trabajo era una mierda con todos y luego llegaste tú...y bueno ya es menos mierda —suelta una risa— Me da gusto que estés con él.
El camino es un poco tardado, pero la charla con Emmet siempre hace que sea menos. Al notar ya hemos llegado.
***
☘️ HENRY MILLER ☘️
Alguien toca las puestas de mi despacho y dejo el vaso en el escritorio.
—Adelante. —digo sin separar la mirada del vaso.
Escucho como abren la puerta y después unos pasos, alzo la mirada y veo como entra mi pelirroja favorita, con una sonrisa en la cara. Al mírala también sonrió. Es hermosa.
—Hola. —me dice llegando a mi lado y me deja un suave beso en los labios.
—Hola. ¿Cómo estás? —pregunto.
Ella se sienta en mi regazo y pasa sus brazos por mi cuello.
—Bien, solo que tengo un novio un poco terco... —menciona mirándome a los ojos— Ha mandado a que me cuiden.
—Tal vez no quiere que te hagan daño, por eso te cuida tanto... —susurro sobre sus labios.
—Tú crees eso. —menciona moviéndose sobre mí.
—Aja. —me limito a decir y la beso con ansias, me corresponde de inmediato.
Mis manos recorren su espalda, y nuestras lenguas hacen una danza. Nuestras respiraciones se aceleran. Rompe el beso y une nuestras frentes
— ¿Me quieres? —preunta viendome a los ojos.
Su pregunta me descoloca por completo, ¿realmente tengo sentimientos hacia ella? ¿La quiero? No dudo al responder.
—Lo hago todos los días, hermosa.
Sus labios se acercan a los míos nuevamente, comienza con lentitud disfrutando el beso con...ternura, bueno si eso existe lo hace con ternura. Su mano se dirige a mi cabello y se aferra a él profundizando el beso. Mis manos que se encuentra en sus caderas y se aferra con más fuerza. Mi mano derecha comienza a bajar tocando parte de su cuerpo hasta posicionarse en uno de sus glúteos, suelta un jadeo. Hace que me encienda más de lo que ya estaba. Comienza a frotarse contra mi entre pierna, gruño. Desesperado por quitarle la ropa... El beso dejó de ser lento desde hace rato, nuestras lenguas se encuentran y hacen un baile entre ellas.
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Editado: 01.09.2022