Efímero

XXVIII

El pasado.

🌺 Julie Lewis 🌺

Estoy de nuevo en el cuarto oscuro, mis piernas me arden del dolor, las suelas de mis pies están ensangrentadas. Tengo sed sin embargo me niego a pedir algo, son unos desgraciados, ya no tengo fuerzas. Solo quiero que esto termine. 

Escucho como la puerta se abre, tengo un pasamontaña en la cara, no veo nada, absolutamente nada, solo escucho pasos de más de una persona. Me remuevo incómoda al sentir una mano en mi hombro.  

—Quítenle esa mierda de la cara. —es la misma voz que escuche cuando Henry hablaba en su casa. 

Me quitan el pasamontaña y enfoco mi vista en la persona que se encuentra frente a mi... es un hombre pelirrojo, ese hombre...es... 

Begonia mi querida hija, no tienes idea desde cuándo quería verte. Que gusto tenerte cara a cara. Estaba harto de verte de lejos. Por fin, cara a cara. 

Él es mi padre...no...no. Esto no me puede estar pasando.  

—Deja me presento, soy Jacob Evans, tu padre por si no te había quedado claro. Mi pequeña Begonia te tengo en mi poder por fin. Me siento satisfecho y feliz, gracias a ti.

¿Qué paso? Henry... ¿Él me entrego? ¿Cómo? pensé que él... No, no esto no puede estar pasándome a mí...no... ¿Por qué a mí?  ¿Qué hice mal?

—Se que tienes muchas preguntas y yo te responderé una que otra, para empezar, tuve que mandar a alguien más a que terminara el bendito trabajo porque el imbécil de Henry no lo hizo...Dime ¿Qué hiciste para que no te entregara a mí? Tan buena eres en la cama para que lo cegaras y se revelara ante mí. Siempre había sido el hombre de mi puta confianza y lamentablemente tendrá que morir por su estupidez.  

Henry, él no puede morir...él no.  A él no le puede pasar nada. Pensarlo me duele, no quiero que le pase nada.

—No...no le hagas nada…ya me tienes a mí ¿Qué más quieres? No...no le hagas daño.  

—No permite que hablaras, —jala una silla y se sienta frente a mi— pero vamos a empezar, ¿Quieres a ese muchacho? ¿Quieres a un asesino? —suelta una risita— ¿Te enamóraste de Henry? Que gran historia, cuando me dijo que se iba a ganar tu confianza nunca pensé que...que te llevaría a la cama, que gran puta eres.  

Me mira con desprecio, me recorre de pies a cabeza, niega con su cabeza una y otra vez. 

—¿Cómo te han tratado mis muchachos? —hace un espacio para que yo responda, pero me digo a hablarle, se rinde y vuelve a hablar— Les he pedido que fueran buenos contigo, son de los mejores que tengo. Aquí tendría que estar Henry, mi perro más fiel. Pero bueno...fue un imbécil que se dejó llevar por un lindo cuerpo. 

—No le hagas nada por favor. Yo...yo... 

—Tus padres no te enseñaron a qué hables solo cuando te lo piden...tuve que darles más dinero, en esa parte falle. —suspira y se pone de pie— Tantos años sin vernos, sin que supieras de mi existencia. Déjame decirte que yo tampoco sabía si seguías viva o no.  

Suspira y les pide a sus hombres que se marchen dejándonos a solas, su porte muestra seguridad, camina por el cuarto. Sus manos están en las bolsas de sus pantalones, trae un traje gris, ambos somos pelirrojos.  

—No me visto trabajo encontrarte, mis hombres son bastante buenos, cuando supe de ti no puede aguantarme las ganas y mandé por ti, le di a Henry un mes y el muy imbécil jugo muy mal, se tardó demasiado, ¿Que hicieron todo este tiempo? ¿Te creíste todo su cuento? ...Espera ¿Sabías el por qué están cerca de ti?  

Niego con la cabeza, no lo sabía, me acabo de enterar hace unos días y ahora estoy aquí sin saber de él ni de nadie. Sonríe victoriosamente. 

—No entiendo entonces. Si no sabías ¿Por qué tardo tanto? No... ¿Por qué no te entrego? Sabías que es huérfano, lo quería como un hijo y él...él me veía como una figura paterna. 

—No sé nada de él.  

—No sabes nada de él, ¿Raro? Deja te cuento un poco de él, para que se pongan a la par, él sabe mucho de ti. ¿Por qué tú no?  

Vuelve a sentarse en la silla que esta frente a mí, cruza sus piernas y me mira directo a los ojos, al menos no tengo sus ojos, él tiene los ojos color negro, un negro que da miedo. 

—Henry perdió a sus padres muy joven, a su padre lo mataron cuando él estaba por cumplir seis años, lo mataron unos perros de un imbécil que ahora están sin vida, yo lo mate, aún recuerdo a un Henry de trece años diciéndome que lo matará. Ellos pudieron ser llevados al otro mundo por las propias manos de Henry, pero no lo permití aún era muy joven. —sonríe cómo si estuviera orgulloso— Su madre...su madre, un caso que me da pena contar, ella se metió en las drogas cuando mataron a su marido abandonó a sus hijos, murió de una sobredosis cuando Henry cumplió nueve. Con tan solo nueve años tuvo que ver por su hermano John, ese muchacho —suelta un suspiro— bueno en lo que hace aún le falta para ser como su hermano. Con tan solo nueve años vino a mí, no lo metí directo a lo grande. Solo lo mandaba con pequeñas entregas, cuando cumplió quince fue cuando entro a lo bueno. Desde allí no me falló, hasta que apareciste tu.  

Su dedo pulgar recorre mi cara, su mirada me da miedo. Sus ojos intimidan muchísimo, y no puedo hablar no sale ni una maldita palabra de mi boca. 

—Te pareces tanto a ella, solo tienes mi cabello. Pelirroja. Un lindo rojo, yo odiaba el rojo, hasta que...hasta que lo relacione con la sangre, un rojo bonito.  

—Déjame ir...por favor.... solo déjame ir. No diré nada 

—¿No te gusta estar con tu padre? —pegunta haciéndose el ofendido  

—No...no te conozco...tú no eres... 

—Yo no soy tu padre, tu padre es el imbécil de ¿Cómo se llama? —pone su dedo en la barbilla y después sobrie— Noah, el querido Noah, tampoco te quiere. Ellos aman a Chloe, su hija. Ella si es su hija.  




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.