《Por favor, baila conmingo en esta
infinita oscuridad.》
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—Deberías de venir en serio, nunca vas a ninguna fiesta, esta es tu oportunidad. —dijo Evan sacudiéndome del brazo. —Puedes ir con la chica que vino la otra vez.
Suspiré cansado de su insistencia, no sabía que el aceptar acompañarlo a almorzar traería como consecuencia esto.
Era viernes, el día de la famosa fiesta que Evan había mencionado el lunes, el martes, el miércoles y el jueves, la semana había transcurrido de forma normal, por la mañana iba a estudiar y hablar con Evan, por la tarde iba al trabajo y era acompañado por June quien se dedicaba a probar cada día un nuevo sabor de ramen y nuevos dulces, hablábamos poco, pero las cosas de las que hablábamos siempre me dejaban pensando, finalmente llegó el viernes.
—Lo pensaré. —murmuré esperando que dejara de insistir, me equivoqué.
—¡Eso dijiste el lunes! —golpeó mi hombro, eso dolió un poco. —Debería. No. Necesitas. —corrigió. —Tú en verdad necesitas divertirte, hoy es viernes, mañana será sábado por lo que podrás levantarte tarde.
—Tengo que trabajar. —corté sus palabras. —No insistas más.
—Entonces… ¿Lo pensarás?
Rodé los ojos, suspiré y asentí, el receso terminó y las últimas clases transcurrieron con normalidad, cuando estas terminaron salí junto a Evan, me despedí de él en cuanto pisamos la salida, busqué con la mirada a June, pero no la encontré, esperé por unos minutos, pero aun así seguía sin aparecer.
¿Le habrá pasado algo?
Sin poder seguir esperando por ella —podría llegar tarde al trabajo— salí de la escuela y caminé hasta el trabajo, recibí el turno, cambié la camisa del uniforme por la del trabajo, dejé las cosas en el depósito y me puse al frente de la caja atendiendo a los clientes que llegaban, tenía cierta concentración en el trabajo, la suficiente como para cobrar y dar el cambio de manera adecuada, pero una parte de mi cabeza seguía pensando en ella.
¿Por qué no viene? ¿En verdad le sucedió algo malo? ¿Esto es parte de sus extrañas lecciones?
Muchas preguntas, pocas respuestas. Hice mi turno de manera correcta, algo vaga, pero aun asi lo hice bien. El turno fue tranquilo, aburrido y extremadamente lento, es como si el no estar acompañado por ella hiciera que el tiempo transcurriera de manera lenta.
La hora de cerrar la tienda llegó, me tomé mi tiempo, cerré la tienda y al girarme para irme me encontré con ella, vestida de negro como siempre. Me sorprendí al ver que sus bonitos ojos —que siempre son expresivos y alegres— esta vez se veían cansados y su rostro estaba algo pálido. Preocupado tomé su rostro entre mis manos, June se acomodó en ellas cerrando sus ojos, se veía bonita, no podía ver su rostro por completo gracias al cubrebocas, pero aun así podía decir que ella era bonita.
—Cálido… —murmuró tocando mis muñecas, su rostro y manos estaban frías.
—¿Por qué…? ¿Por qué estás así? —pregunté refiriéndome a su rostro frío.
—No es nada. —dijo abriendo sus ojos, luego sonrió, sus ojos se volvieron arcos. —Lamento no haber llegado en la tarde, tenía… Cosas que hacer. —dijo lo último con voz fría mientras apartaba mis manos de su rostro. —¿Alguna vez has ido a una fiesta?
Pregunto de forma abrupta, eso me dejó confundido, primero Evan insistiendo en que vaya a la fiesta de hoy y ahora June preguntándome esto… Negué ante su pregunta, aparte de fiestas infantiles a las que asistí hasta que cumplí 8 no he asistido a ningún otro tipo de fiesta.
—Yo tampoco he ido a una, mira, tenemos algo en común. —dijo con una risa de por medio. —Me gustaría ir a una alguna vez. —murmuró. —Es tarde, debería irme ya.
“Puedes ir con la chica que vino la otra vez.” Las palabras de Evan invadieron mi mente.
—Por cierto ¿Mañana tra…?
—¿Quieres asistir a una fiesta? —interrumpí su pregunta, apreté mis manos en un puño nervioso por su respuesta.
—¿Oh? —se veía confundida por mi pregunta. —¿Fiesta? —preguntó, yo asentí, ella ladeó su cabeza pensando. —De acuerdo, si. ¿Dónde?
—Y… Yo… Espera.
Me giré, saqué mi teléfono y le escribí rápidamente a Evan pidiendo la dirección de la fiesta, él rápidamente respondió mi mensaje con la dirección y un sticker de una tortuga bailando feliz, tonto, me giré nuevamente, le sonreí a June.
—Ya tengo la dirección. —dije moviendo un poco el teléfono.
—Entonces… ¿Nos vamos o…?
Su pregunta me hizo reaccionar, la tomé de la mano y la llevé hasta el metro en donde tomamos al que nos llevaba hasta la dirección que Evan me envió, no fue difícil encontrar la dirección exacta pues el ruido de la música nos guío hasta esta, quedé sorprendido al ver la entrada de aquella casa, gente bailando, hablando, besándose, disfrutando por todos lados, había papel higiénico en un árbol por alguna razón, vasos de plástico en el suelo y muchas personas tomando por todos lados, giré a ver a June.
—¿Así son las fiestas? —preguntó volteando a verme.
—Yo no lo sé. —confesé volteando a ver nuevamente la fiesta. —No suelo asistir a fiestas.
—¡Liam viniste! —gritó Evan corriendo hacia mí, me abrazó. —Ven, tienes que entrar.
No me dejó hablar, solo me jalo adentro, tomé de la mano a June jalándola conmigo para no perderla, Evan nos entró en la fiesta, el ambiente era aún más… ¿Animado? Había más gente bailando y bebiendo dentro de la casa, en una esquina había un grupo de personas gritando “¡Bebe, bebe, bebe!”.
—¡Pista de baile y piscina! —señaló la izquierda. —¡Cocina, ahí hay todo tipo de bebidas! —gritó señalando la derecha. —¡Arriba están las habitaciones para que sigan la fiesta! —gritó mucho más fuerte levantando un vaso de plástico rojo que tenía en sus manos, los demás hicieron lo mismo y gritaron un “uuuuh” mientras lo hacían. —¡Dame eso!
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Editado: 10.11.2024