EfÍmero

Capítulo 8 Sombras bajo la luna

Arseni se levantó durante la madrugada debido a la energía, el sabía que debía seguirla o sería tarde, así que salió en silencio de la tienda,tomó sus armas y su chaqueta y se subió en el lomo de Kael que ya lo esperaba listo para lo que venía.

El aire seco levantaba polvo con cada rafaga de viento, y las fogatas del campamento chisporroteaba en la distancia, iluminando apenas el horizonte.

Arseni había dejado atrás las tiendas y el murmullo de voces para seguir la estela de aquella energía celestial que lo había estado guiando desde su llegada. El lobo caminaba inquieto, gruñendo a la nada, como si algo invisible lo acechara. Arseni bajo del lomo de Kael.

-Tranquilo-murmuró, acariciando el grueso pelaje del animal-Lo encontraremos.

Un silencio denso cayó de pronto. Entonces lo sintió, la energía, más intensa que nunca, casi palpitante. Sus dedos se crisparon alrededor del mango de su espada.

Y allí estaba. De pie sobre una formación rocosa, la silueta de un hombre envuelto en la penumbra,tenia el pelo largo de color blanco, un blanco tan magico que contrastaban con esos ojos morados que brillaban como una amatista fijos en el. Arseni contuvo el aliento, no necesitaba más pruebas. Era un ángel.

-Así que los rumores eran ciertos-dijo Arseni, con la voz firme- Una criatura celestial rondando por Kareth.

El extraño descendió lentamente de la roca, su andar seguro y calculado.

.¿Criatura?- respondió con un tono grave, cargado de desprecio- Interesante palabra para alguien que se alimenta del miedo de los demás, cazador.

Arseni apretó la mandíbula

-Yo no me alimento de nada, solo cumplo con mi deber.

El ángel sonrió apenas, sin alegría

-Un deber dictado por reyes que ni siquiera entienden lo que somos.

El ambiente es tenso. El lobo gruñó y Arseni lo hizo retroceder con una seña.

-¿Tu nombre?- preguntó, como si la formalidad importara antes que la muerte.

El ángel se quedó en silencio unos segundos.

-Déniil.

Arseni arqueo una ceja, reconociendo en esa respuesta un desafío.

-Recordaré ese nombre cuando lo grabe en mi espada.

La tensión creció, tan densa como la arena antes de una tormenta. Ninguno dio el primer movimiento, Aunque ambos sabían que el momento estaba al borde de estallar.

-¿Cuánto te pagan por cazarnos?-preguntó Deniil su voz baja cargada de veneno- ¿Vale tu vida ese precio?.

Arseni entrecerró los ojos.

-No se trata del dinero. Se trata de mantener este mundo a salvo de lo que son.

-¿Lo que somos?- una sonrisa amarga se dibujó en los labios del ángel- Tus antepasados nos encadenaron, nos exprimieron hasta arrancarnos las alas. ¿Y ahora nosotros somos los monstruos?

El cazador apretó su espada con tanta fuerza que sus nudillos palidecieron.

-Un monstruo es aquel que se alimenta de la vida de los demás.

Las palabras colisionaron como espadas antes de que el primer movimiento sucediera. Déniil se lanzó con la velocidad de una rafaga, alas ocultas bajo la piel rasgándose en un destello momentáneo. Arseni giro, esquivando por poco el golpe y kael salto con un gruñido feroz, obligando al ángel a retroceder.

-Eres rápido para un humano-murmuró Déniil acercándose.

Arseni escupio polvo y volvió a levantarse

-Y tu arrogante para alguien que ya debería estar muerto.

Volvieron a chocar, esta vez en un duelo cerrado.

El metal de la espada vibraba contra la energía condensada en las manos de Déniil , que parecían canalizar fuego y sombra al mismo tiempo. Cada impacto resonaba en la llanura como un trueno contenido.

Y entonces ocurrió. Cuando Arseni logró cortar la defensa de Déniil, su espada rozó el brazo del ángel. Pero en ese instante, el arma se iluminó con un resplandor extraño, como si absorbiera un fragmento de su esencia. Al mismo tiempo, el costado de Arseni ardió con dolor , una herida invisible , producto del choque, se abrió en su piel.

La sangre no brotaba como debía, brillaba con un tenue fulgor azulado, como si la carne misma estuviera marcada por algo más profundo que un corte.

Arseni miró la herida con incredulidad.

-¿Qué ... . demonios..?

Déniil también la observó, su expresión endurecida. Por un instante, la arrogancia desapareció, reemplazada por algo grave, reconocimiento.

-No debió pasar-susurro para sí mismo, antes de retroceder varios pasos.

El lobo de Arseni gruñó de nuevo, pero no se atrevió a acercarse. El aire estaba cargado, vibrante, como si algo invisible hubiera unido a ambos en ese instante.

Arseni tambaleando, levantó la espada otra vez.



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Editado: 22.09.2025

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