Capitulo 15 Sombras en el camino

El amanecer los encontró aún en el desierto. El lobo trotaba con energía renovada y la yegua de Kara resistía con pasos firmes, acostumbrada a los terrenos áridos. La brisa matinal traía un frescor extraño, como si anticipará un cambio.

Kara bostezo mientras acomodaba la lanza en su espalda.

-¿Sabes, Arseni?. No eres tan mal compañero de viaje como pensé.

Arseni arqueo la ceja.

-¿Eso es un cumplido?

-Lo es- rió ella- Aunque eres demasiado callado. Parece que hablo sola.

Él soltó un bufido, apenas una sonrisa en sus labios.

-Te escucho, no es lo mismo.

-Pues deberias hablar mas. No solo del deber, no solo de los ángeles. ¿Qué te gusta?.

Arseni guardó silencio, sorprendido por la pregunta. Finalmente contestó, rascándose la nuca.

-Los lobos, la caza…pero no solo de los ángeles. Me gusta seguir rastros, perderme en los bosques. Cuando era niño. soñaba con recorrer el mundo.

Kara lo miró con interés.

-Ese es un Arseni que nunca muestras. Te escondes demasiado detrás del cazador.

Él la miró con un destello de ironía.

-¿Y tú qué escondes?

Ella se encogió de hombros.

-Miedo, mucho miedo. Pero no pienso dejar que me gobierne.

La conversación quedó suspendida pero esa franqueza creó un lazo más fuerte entre ambos.

*****

Horas después, mientras cruzaban un valle de roca negra, Arseni sintió un escalofrío en la nuca. Su lobo gruño, el pelaje erizado.

-Tranquilo…-murmuró Arseni, acariciando el cuello del animal.

Kara que iba unos metros más adelante, no se dio cuenta de lo que ocurría. Arseni detuvo al lobo, bajó de su lomo y se internó unos pasos entre las piedras oscuras. El aire era distinto allí, más denso, cargado de energía que le erizaba la piel.

.-Sabía que seguirías mi rastro.

La voz llegó como un eco suave, y entonces lo vio, Déniil, de pie sobre una roca con las alas plegadas y los ojos brillando como brasas heladas.

Arseni desenvainó la espada por instinto, aunque sus manos dudaron.

-¿Por qué sigues apareciendo frente a mí?

Déniil lo observó con calma, como un cazador estudiando a su presa.

-No soy yo quien te busca, cazador. Eres tu quien no puede apartarse de mí.

Arseni apretó la mandíbula.

-No digas estupideces.

-Lo sientes- continuó el ángel, ignorando su protesta.- Esa energía que te quema por dentro, cada vez que me acerco. Es un lazo…algo pasó en aquella pelea entre tu y yo, aunque lo niegues.

El corazón de Arseni golpeó con fuerza. No quería admitirlo, pero era cierto, había algo en la presencia de Déniil que lo retenía, que no le permitía girar la espalda.

-Si crees que voy a bajar la guardia estás equivocado-dijo finalmente, aunque su voz carecía de la seguridad de antes.

Déniil esbozo una sonrisa casi imperceptible. Se acercó hacia Arseni, inclinándose hacia adelante suyo dijo:

-No quiero tu guardia. Solo tu atención y parece que ya la tengo.

Arseni retrocede un paso, esa cercanía con Déniil lo sorprendió.

-Dime una cosa, angel. ¿Por qué no me matas ahora mismo?.

El brillo en los ojos de Déniil se volvió más intenso.

-Porque ese sentimiento que tienes cuando me acerco a ti, también lo siento…y cuando ese efecto pase el momento habrá llegado. Y no será por odio..sino por elección.

Con esas palabras , su figura se desvaneció entre la sombras, dejando a Arseni con la espada aún levantada y el pecho latiendo con violencia.

El lobo se acercó a él, inquieto, Arseni acaricio su cabeza, tratando de calmarse.

-Lo se … yo tampoco lo entiendo

Unos minutos después volvió con Kara, que lo esperaba junto al camino.

-¿Todo bien?-preguntó ella, arqueando una ceja.

Arseni asintió con rapidez, ocultando la verdad.

-Si, solo revisaba algo. Sigamos.

Pero en su interior sabía que algo había cambiado. No era solo el deber de un cazador lo que lo impulsaba a seguir adelante, era esa conexión inexplicable que lo unía cada vez más a Déniil.